Opinión
La crónica de Amilibia: Todos a pedir perdón con Séneca
Sorpresa en el circo rosa. Quién iba a imaginar que el nuevo hombre de Paloma Cuevas, la ex de Enrique Ponce, fuera el estoico Séneca, cuya filosofía, confiesa, le ayuda a perdonar. Lo redescubrió durante ese nuevo periodo de la Ilustración que hemos llamado confinamiento. Paloma es estoica perdida gracias al Covid. Viene bien en estos tiempos en los que hay que pedir perdón por tantas cosas todos los días: por descubrir y colonizar América, por reír con Astérix y Obélix, por no ser fan de Irene Montero, por detestar lo políticamente correcto, por mirar el culo a las mujeres, por no pedir la cancelación de nadie, por creer que Vargas Llosa tiene razón, por amar a Woody Allen, por… «Le Monde» le ha dedicado un perfil a Yolanda Díaz: la define como «una figura ascendente en España». Así que la Purísima de la Izquierda ya está en los cielos y solo le falta fichar a Iván Redondo para sentarse no a la derecha del Padre, sino para sustituir al mismísimo Padre, o sea, a Él. Pero el diario francés no dedica ni una línea a su estilismo ni a su melena L’Oreal porque yo lo valgo. ¿Dónde ha quedado el fervor francés por lo chic y el glamour? Deberían pedir perdón a Yolanda. ¿Y quién pedirá perdón por haber inyectado al Emérito hormonas femeninas para rebajarle los ardores, según confesión de Villarejo? María Jiménez declara que los hombres no saben follar, «tienen que aprender más, la mayoría son unos muertos en la cama y fuera de ella». Se ve que no se lo ha montado nunca con un hombre feminista, el nuevo superhombre que, según Nietzsche-Iglesias, folla mejor que cualquier monarca. Pídele perdón, María.
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