Vida

Gallardo, el último (anti) conquistador extremeño

Campechano, expansivo y emocional, el político socialista blande su verbo como espada contra la jueza Beatriz Biedma, pero su dudoso manual de conquista no parece llevarle más allá de su propio ombligo

BADAJOZ (ESPAÑA), 09/01/2025.- El presidente de la Diputación de Badajoz y secretario general del PSOE de Extremadura, Miguel Ángel Gallardo a su llegada este jueves a los juzgados de Badajoz en calidad de investigado por presuntos delitos contra la Administración Pública y Hacienda en un caso en el que también es investigado el hermano del presidente del Gobierno, David Sánchez. EFE/Jero Morales
Miguel Ángel GallardoJero MoralesAgencia EFE

Miguel Ángel Gallardo (Villanueva de la Serena, 1974) saltó del olivar familiar extremeño a la política como una supernova que explosiona, liberando cantidad de energía. El torrente de hormonas de la euforia que todavía transluce su cerebro puede que a él le haga cosquillas, pero en los españoles no rebota de manera tan festiva. Intensa sí, pero demasiado arriesgada.

Es de esos hombres de postura expansiva. Se le colorean las mejillas al hablar y, en lugar de abrazar, blinda el cuerpo del otro. Quienes ya le conocen intuyen en el gesto más necesidad de marcar territorio que afecto real. Este político menudo es de personalidad apasionada. Sonríe, se enfada, se emociona, moviliza al personal y se defiende sin que le importe la posición del adversario.

Nacido en tierra de conquistadores, quiere escribir su nombre con letras de oro en los libros de Historia. Como Pizarro, Núñez de Balboa, Hernán Cortés o Pedro de Valdivia, que vino al mundo en 1497 en su mismo pueblo natal. Dirigió la conquista y colonización de Chile y en Villanueva de la Serena se le recuerda con una estatua en la plaza, obra de Gabino Amaya. ¿Cuánto tardará Gallardo en reclamar su propia efigie?

David Sánchez y un exfuncionario del Ministerio de Presidencia declaran ante la jueza
David Sánchez y un exfuncionario del Ministerio de Presidencia declaran ante la juezaJero MoralesAgencia EFE

Anda por ahí blandiendo su espada, que no es otra que su afilado verbo, contra la jueza Beatriz Biedma, que le acusa de prevaricación administrativa y tráfico de influencias en el caso David Sánchez (hermano del presidente), al que presuntamente favoreció con la creación de una plaza a su medida en la Diputación. En su amplio informe, la jueza incluye posible fraude de ley en su estrategia para obtener aforamiento. En su defensa, no escatima emociones. Dice que está «sorprendido, enfadado y, sobre todo, me siento pisoteado en mis derechos».

Vida privada

En su historial de conquistador hay que incluir a Montserrat Manchado Acedo, no como paladín, sino como esposa. Se casó con ella, en régimen de separación de bienes, el 22 de septiembre de 2006 en la ermita de la Aurora, después de 14 años de noviazgo. A Gallardo, precoz en la política –con 28 años ya era alcalde del pueblo–, parece que se le agotó la labia en este otro tipo de cuestiones erótico sentimentales. Tres años después de la boda, llegó el primer sobresalto. El matrimonio tuvo que demoler una vivienda ilegal que se construyó en una parcela, a nombre de Montserrat, en la zona del pantano de Orellana, con protección medioambiental.

La esposa argumentó que accedía al derribo «ante el acoso mediático»: «Tomo esta decisión desde la convicción más absoluta de que esto es lo mejor para mi marido, sin entrar a valorar ninguna de las acusaciones que en estos días se han realizado, la inmensa mayoría falsas. Soy una ciudadana extremeña más que tiene una casa de las miles que existen en esta situación». Fue el primer traspié en su manual de conquistador.

Ese mismo año, la prensa local publicó que su hija (tienen dos) recibió una vacuna contra la tosferina de forma irregular en un momento de escasez de dosis. El político alegó que desconocía tal restricción.

Este hombre que hace alarde de campechanía arrimando el hombro junto a su hermana Soledad en la cosecha de la aceituna en un modesto olivar familiar, trabajó como operario de producción en una empresa extremeña ante de ingresar en la política. Es hijo de jornalero y sobrino de Mari Juana, la primera jueza de paz de La Coronada, una mujer que administró justicia en casos de poca índole, pero muy carismática.

Aunque se afanó por ser sabio entre los sabios, santo entre los santos, cualquier cosa en el momento oportuno, la vuelta al mundo de este conquistador no tenía más recorrido que su ombligo.