
Verano
De la cita en Lanzarote de Illa, Sánchez y Zapatero a la costa vasca de Aitor Esteban
Los socios de Gobierno hacen un paréntesis sin perder el hilo identitario, muy cerca de las tierras donde echaron sus raíces

Zapatero, Illa y Sánchez. La cumbre socialista de caballeros en La Mareta promete. El palacete presidencial de Lanzarote será durante al menos dos encuentros privados un particular Camelot donde se fraguarán alianzas, intrigas y estrategias de cara al próximo curso. El expresidente, tiene su villa de recreo en la exclusiva urbanización Famara Bungalows, en Teguise, construida sobre una parcela de 1.329 metros cuadrados. Illa, por su parte, se alojará en el Hotel Costa Teguise, según informan a LA RAZÓN fuentes del entorno político.
Aunque es una reunión privada y sin registro oficial, habrá expectación entre los socios de Gobierno. Desde Torre del Español, el modesto pueblo tarraconense donde veranea, a Gabriel Rufián no le alcanzará la vista para ver qué ocurre bajo el sol canario con la brisa atlántica de fondo. Aunque sepa que «huele a cerrado» –una de sus expresiones lapidarias–, nos dicen que el diputado independentista es poco amigo de chanclas, yates, hamacas y salitre, por lo que es poco probable que se deje caer por allí para compartir una horchata.
Lo suyo son las vacaciones rurales, tomar el fresco al caer la noche, el tapeo con los amiguetes y las sobremesas de partidas de mus y charleta en un bar donde el tiempo se mide en esos ratos en los que, como diría el maestro Ortega Cano, «estamos tan a gustito». En este discreto municipio de nombre patrio y «feo» (dicho por él), el hijo de Pepi Romero y Antonio Rufián ha pactado una tregua consigo mismo. Nada de sarcasmo político, provocaciones o analogías ingeniosas de treinta segundos para conseguir impacto en X. Entre bravas, calamares y ronda y ronda, no hay más órdago que el de la baraja. Y este sí es a la grande.
Vascos y solo vascos
Lejos de la canícula institucional y sin el ruido de hemiciclo, Aitor Esteban, portavoz del PNV en el Congreso, pasea por Fuenterrabia (Guipúzcoa) del brazo de su esposa, Itxaso Atutxa, y el resto de su gran familia vasca. Sintiéndose vasco y solo vasco, según nuestros informantes. Aquí tiene raíces y una conexión emocional con la historia, la cultura y sus tradicionales pintxos. En esta y otras localidades, como Hendaia y Zarautz, bastiones de su identidad vasca, encuentra su refugio personal y participa en fiestas y eventos locales. Su biografía le envía también, aunque muy de vez en cuando, a Cañamaque (Soria), la tierra de su madre Obdulia Bravo, donde, según dijo su tío, hay más banderas españolas que habitantes.

A Imanol Pradales le tira igualmente la tierra, Santurce, y allí disfruta, entre mar, montaña y el característico olor a sardina asada, aunque este verano lo ha estrenado en Boise, Idaho (Estados Unidos), donde ha participado en el Jaialdi, el principal festival de la diáspora vasca fuera de Euskadi, con una agenda institucional y cultural muy activa.
Parada aparte en este recorrido estival merece el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, casado y padre de una niña, Cristina. Él se desmarca con alguna escapada a alguna ciudad europea, más cultureta que folclórica.
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