
Moda
Pasarela Política: María Jesús Montero, una bomba «Veep»
Su principal problema, diríamos, es que viste como aplaude: mal

La serie «Veep» es una de las mejores y más ácidas producciones que nos ha dado la televisión americana en los últimos años. En ella, Julia Louis–Dreyfus interpreta a una vicepresidenta que, por azares del destino, se convierte en la habitante de la Casa Blanca. Siempre que veo esa serie me acuerdo de María Jesús Montero. No es difícil imaginarnos a la andaluza con un carácter similar al de Selina Meyer, el personaje de Louis–Dreyfus. Al menos vistiendo se parecen: ambas apuestan por vestidos hasta la rodilla, conjuntos de chaqueta y una silueta similar. Incluso tienen un corte de melena parecido. El problema es que Montero está a mucha distancia de Meyer. Su principal problema, diríamos, es que viste como aplaude: mal. Si se fijan, cada vez que aclama a su líder tras alguna alocución o pérdida electoral (porque ella aplaude hasta cuando pierden) se parece muchísimo a Nicole Kidman cuando en los Oscar no quería dañar el anillo de Harry Winston que le habían prestado, solo que en las manos de nuestra vicepresidenta rara vez destaca alguna joya más allá del Apple Watch.
Montero es más de colores planos que de estampados, y menos mal porque tiene una chaqueta de palmeras que esperemos que se la ponga pocas veces. Tiende también al más es más, como en la toma de posesión de Salvador Illa hace unos días, cuando la decoración pectoral que fruncía su vestido recargaba demasiado el conjunto, al que le sobraba el abrigo de madrina de boda y le faltaba tela en el escote en algunos momentos para tapar el encaje de la ropa interior que asomaba.

La solución puede encontrarla este septiembre en su compañera de bancada, Yolanda Díaz, que pese a pecar de conservadora controla más las prescripciones de la revista «Vogue». Eso sí, no vamos a negar una cosa: nos gusta «Veep», así que nos lo pasamos mejor con el punto macarra de la socialista. Las cosas como son.
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