Opinión

Los sábados de Lomana: El numerito catalán para desplumar a España

El señor Aragonés ha dicho que va al Senado a «trolear» al PP para luego marcharse y ni siquiera esperar las respuestas a su «troleo». ¿Se puede ser más absurdo y disparatado?

Carmen Lomana con vestido de IQ Collection.
Carmen Lomana con vestido de IQ Collection.@carmen_lomana

Llego de unas vacaciones de Semana Santa aburrida de lluvia, pero feliz. Lo primero que me encuentro es unas declaraciones de ese ser odioso que se regodea en su desprecio a España, que es lo mismo que despreciarse a sí mismo con un apellido que no puede ser más español. Me refiero a Pedro Aragonés, por mucho que se ponga Pere. Pues como les decía, este señor Aragonés ha dicho que va al Senado a «trolear» al PP para luego marcharse y ni siquiera esperar las respuestas a su «troleo». ¿Se puede ser más absurdo y disparatado? ¿Qué tipo de impresentables se han metido a políticos?

Parece que sean una panda de gamberros sin responsabilidad ni maneras a los que mantenemos mientras nos desprecian, vaguean, malversan y viven como marajás con nuestros impuestos. De todas formas, debe de ser muy difícil vivir negando quién eres y dónde han nacido tus padres y tus abuelos. Negar que perteneces a un maravilloso país lleno de historia y belleza como el nuestro. Puedes vivir en otra preciosa región, comunidad, o llamarlo como quieras, que a través de la historia ha pertenecido a España, salvo alguna vez que se ha querido ir de excursión con Francia y que les ha desplumado quedándose con el Rosellón y la Cerdaña y viviendo los catalanes como auténticos ciudadanos de tercera gobernados por los «gabachos». Hasta el punto de querer volver de donde nunca debieron irse, a pesar de sus odiados Borbones, que les dieron toda la riqueza en la que sustentaron su industria y convirtieron su tierra en un lugar próspero.

Felipe V, primer rey Borbón de España, les dio la exclusividad de los telares y convirtió Barcelona en puerto franco, lo que significaba un privilegio fiscal muy favorable para el comercio. Promulgó las leyes que se le pidieron e hizo publicar «Les Constitucions i altres drets de Catalunya». Hay que ser muy incultos para pensar que ahora pueden sobrevivir solos, tienen dependencia hasta del agua. Todo el numerito del independentismo es una excusa para desplumar al traidor que vende España por seguir con esa necia obsesión de poder y permanencia.

En esa obsesión y paranoia nuestro presidente volvió rápido de su viaje en Oriente Medio para, cámaras en ristre (de Moncloa), personarse en el Valle de los Caídos (Cuelgamuros) para revisar los huesos y cráneos de los caídos durante la guerra, ya sean de uno u otro bando. Imagino muy difícil de identificar quién es quién y me parece una falta de respeto, ética y estética montar este numerito de forma clandestina para, a continuación, organizar una campaña contra los gobiernos autonómicos del PP y acusar de «mancillar la palabra concordia» en un acto de cinismo e hipocresía insuperable. Ellos, que se han dedicado a sacar un muerto de su tumba y trasladarlo por los aires en una operación bochornosa, ahora quieren dar lecciones.

Ver a Sánchez contemplando ese muestrario de osamentas me pone los pelos de punta. Me revuelve el estómago y produce enorme tristeza. ¿Hasta donde piensa llegar? ¿Está enloqueciendo? Que alguien me explique, por favor, pues quizá sea yo la equivocada y lo que hay que hacer es empezar a revolver y clasificar esqueletos de un momento terrible de nuestra historia que todos deberíamos olvidar. Eso sí sería concordia y perdón por ambas partes, cerrando esa herida de hace 90 años que a las nuevas generaciones no interesa. Porque lo contrario sería estar inmersos en una pésima salud mental.