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Rocío Monasterio: "Quinta intenta surfear y montar en patinete"
Desde niña había soñado con tener una pastor alemán como su perra, a la que llama así, porque la candidata de Vox a la Comunidad de Madrid tiene cuatro hijos y ella fue la quinta en llegar
Desde niña había soñado con tener una pastor alemán como su perra, a la que llama así, porque la candidata de Vox a la comunidad de Madrid tiene cuatro hijos y ella fue la quinta en llegar.
El martes se constituye la mesa, y la candidata por Vox a la Comunidad de Madrid se muestra satisfecha por el inicio de negociaciones con todas las formaciones. «Solo queríamos sentarnos a hablar, ¿era eso tan complicado? Me alegro de que Ciudadanos haya entrado en razón y ha dejado de estar a las órdenes del señor Sánchez, que les había marcado que no podían sentarse con nosotros». Tiene verbo rápido y respuesta certera. Sea, o no, políticamente correcta. Una curiosa mezcla entre cercanía y asertividad. Salimos a pasear con su perra al parque cercano a su casa mientras hablamos de lo divino y de lo humano. «Se llama Quinta porque tenemos cuatro hijos y ella fue la última criatura que entró en casa. «¿A que es buena?», pregunta. Es una preciosa Pastor Alemán, con la que soñaba desde niña. «Cuando éramos pequeñas, mi hermana y yo, en Asturias, jugábamos con un perro igual que Quinta al escondite, ¡y eso que era de unos vecinos! Cada tarde nos esperaba al volver del colegio y disfrutábamos muchísimo. Siempre pensé que cuando tuviera la oportunidad, tendría uno. Entonces crecieron los niños y vi que era el momento de que llegara a casa. Además, para ellos también es muy educativo, y te puedo asegurar que forma parte de mi numerosa familia». La mujer que se ha granjeado la enemistad de un sector de las feministas recuerda con orgullo que «una de las verdaderas pioneras feministas fue su antepasada, Concepción Arenal. La mujer que iba a la Universidad disfrazada de hombre para poder estudiar Derecho o que tuvo que dejar de escribir en la revista donde lo hacía porque descubrieron que era una mujer. La primera visitadora de cárceles... ¡Ése es el gran feminismo! El de las mujeres luchadoras que han conseguido ponernos donde estamos ahora. Lo que critico es el feminismo radical y supremacista que nos impone a todas una forma de pensar», concluye. Seguimos paseando y Quinta no pierde de vista a su ama. Es un perro sociable y cariñoso, «pero también muy protector. Duerme en la puerta de casa, vigilando, con un ojo abierto y otro cerrado, siempre pendiente de que no se despierte ningún niño, como las madres. Por no contarte que en la playa, en el Cantábrico, se va a la sexta ola para traerme a los pequeños porque piensa que se van a ahogar. Es una gran aliada. Y lo más divertido es que intenta hacer surf con nosotros cuando nos metemos con las tablas. Pero... no te lo vas a creer: ¡monta en patinete con mi hija pequeña! Es un sol». No le permite subirse a las camas, pero sí accede a que se siente en el sillón las tardes de sábado de palomitas y películas en familia. «Y luego tenemos nuestro momento. Cada vez tengo menos tiempo y la saco más tarde a pasear, pero a la una de la madrugada, ir con un pastor por la calle es la mejor de las compañías... me defendería a muerte», explica mientras la mira con ternura.
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