Afganistán

La política de Defensa

«La situación de las Fuerzas Armadas es crítica, preocupante y difícil de resolver»

De izqda. a dcha., Pedro Galán, Jesús Argumosa, Luis Feliú, Beatriz Rodríguez- Salmones, Francisco Pérez Muinelo y Diego Mazón.
De izqda. a dcha., Pedro Galán, Jesús Argumosa, Luis Feliú, Beatriz Rodríguez- Salmones, Francisco Pérez Muinelo y Diego Mazón.larazon

MADRID- Presente y futuro de la Defensa. Principalmente futuro. Sobre estos puntos versó ayer la mesa redonda que reunió en LA RAZÓN a expertos militares y políticos para tratar de la situación en que se encuentran las Fuerzas Armadas. Un futuro que pinta bastante negro a tenor de lo expuesto por los expertos, que pusieron sobre la mesa los problemas que afectan a un Ministerio y a unas políticas que son necesarias pero que los políticos saben que «con recortes en Defensa no se pierden votos». La economía, la valoración ciudadana o la formación fueron los temas tratados por el general de división y director de personal del Ejército de Tierra, Pedro Galán, el general de División Francisco Pérez Muinelo, el teniente general Luis Feliú, el general de División Jesús Argumosa, y la portavoz de la Comisión de Defensa del PP, Beatriz Rodríguez-Salmones.

Pedro Galán se centró en dos aspectos clave: las diferentes legislaciones de los últimos años sobre la profesionalización militar. El general Galán advirtió de que aún no se han podido ver los efectos reales de las últimas leyes, pero sí recalcó la ventaja de que, por ejemplo, en la valoración de los ascensos haya ganado peso la capacidad y el mérito sobre la antigüedad. Las medidas tomadas para paliar los efectos negativos de la Ley de la Carrera Militar han funcionado correctamente, subrayó, pese a que se ha sufrido mucho con esta materia. De la misma manera Galán recalcó la importancia de contar con un gran consenso para sacar adelante el régimen disciplinario, en contra de lo que ocurrió con la Ley de la Carrera.

Francisco Pérez Muinelo se centró en la economía de la Defensa. Y aquí comenzaba a dibujarse un futuro no ya negro, sino incierto cuanto menos. Pérez avisó: «La situación es preocupante, crítica y difícil de resolver». Comparó los datos del período 1985-2005, para poner de manifiesto lo ilógico de que la economía española haya crecido un 94%, y por contra, el presupuesto de Defensa se haya reducido un 31%. En su opinión, para mantener el modelo actual de las Fuerzas Armas serían necesarios un mínimo de 10.000 millones de euros de presupuesto, y no los algo más de 7.000 de este año. Eso sí, no vio fácil lograr ese aumento entre otros motivos por la deuda acumulada. Pero dejó clara la necesidad de «invertir en algo que cree empleo» a través de una «una industria competitiva» que en estos momentos peligra.

Sobre la proyección de las Fuerzas Armadas habló el teniente general Luis Feliú, quien avisó antes de empezar: «Me gustaría ser optimista, pero...». Así, habló de la verdadera tarea que llevan a cabo los militares españoles en lugares como Afganistán, criticando los eufemismos que se emplean para no reconocer que las tropas están en misiones de combate o en guerras. «A veces es ridículo como se quiere desvirtuar la realidad», afirma, algo que explica porque «se busca vender una imagen bonita», que no la realidad, lo que lleva a un desconocimiento mayor por parte de los ciudadanos. «El problema es que no se vende la entrega y el riesgo» y se crean «ideas falsas del Ejército», lo que no ayuda para desarrollar la conciencia militar.

De cara al exterior, mientras incidía en que las misiones han supuesto un punto de inflexión en la imagen de las Fuerzas Armadas, señalaba que a España se la ve como «un aliado no de fiar –no por culpa de nuestros soldados–» y apuntaba que nuestro país está perdiendo prestigio por la política exterior.

El futuro de las Fuerzas Armadas llegó de la mano de Jesús Argumosa, que no escatimó en elogios hacia los ejércitos y la Armada, a los que calificó de «modernos y competitivos», pero que deben reclamar un papel más importante en el exterior. «Están preparadas para dar protagonismo a España» en el exterior como grandes embajadores de la «marca España», pero en esa misión no pueden ir solos. A cada soldado en el exterior debe acompañarle una acción de Estado, diplomática, comercial, en definitiva, de posicionamiento. Eso sí, no quiso marcharse sin dar un aviso: «La responsabilidad sobre la Defensa y la seguridad es de todos los españoles».

Por último, la diputada Beatriz Rodríguez-Salmones marcó dos ejes necesarios de cara al futuro y a la creación de esa conciencia nacional de Defensa: tener claras cuáles son los intereses de España como nación soberana y la valoración y apoyo ciudadano a las Fuerzas Armadas, que son los encargados de defender estos intereses. La política de Defensa «tiene que programarse muy a la larga y presupuestarse también a largo plazo», y apuntó que el Ministerio de Defensa es «el departamento víctima de los presupuestos. Los recortes indican que no le importa al Gobierno».

Y se centró mucho en esa conciencia de Defensa señalando que, si bien las Fuerzas Armadas «están altísimamente valoradas», son «altísimamente desconocidas». Por ello, reclamó un mayor conocimiento de ellas y crear unidades de apoyo más potentes a las familias.


Seis recomendaciones a un ministro
1.- Consenso
Uno de los aspectos más importantes de cara al futuro de las Fuerzas Armadas. Es necesario el consenso entre el Gobierno y la oposición en asuntos como formación, personal, legislación...
2.- Transparencia
Contar las cosas tal y como son, no usar eufemismos ni ambigüedades para enmascarar que las tropas están en un conflicto armado.
3.- Estabilidad presupuestaria
Mantener una línea de presupuesto acorde con las necesidades reales de las Fuerzas Armadas y sin rebasar un límite mínimo de inversión.
4.- Planificación
Es necesario encontrar las fórmulas para que la estructura militar se adapte de la mejor manera posible a los nuevos escenarios bélicos y a las nuevas tecnologías.
5.- Diplomacia
Situar a España en el lugar que se merece en los organismos internacionales de acuerdo con lo que invierte en ellos.
6.- Unidad
Acción común del Estado en cada despliegue militar, acompañando a este con un esfuerzo diplomático y comercial que refuerce a España.