El Mundial y la TDT favorecen el reciclaje

Aunque todavía no se tienen datos concretos, se estima que en 2010 los españoles reciclaremos hasta 15.000 toneladas de televisores y monitores de ordenador, casi un millón de unidades más que el año pasado, lo que supone un incremento del 25 por ciento. Esto se deberá a dos motivos fundamentales: el apagón analógico y el mundial de fútbol, que comienza el próximo viernes en Suráfrica. Éstos son los datos que maneja la Federación Española de la Recuperación y el Reciclaje, que participa en Tecma y SRR, la feria de Ifema sobre el Medio Ambiente y la recuperación y el reciclado de residuos.La pasión por la selecciónPor un lado, el apagón analógico ha empujado a muchas familias a cambiar el viejo monitor por uno nuevo, con pantalla plana y con el descodificador de la señal de TDT integrado. Por otro, la repercusión del Mundial de Suráfrica ha incrementado la demanda de nuevos televisores, más grandes y más modernos dentro de los hogares para poder seguir minuto a minuto todos los partidos de la selección española.Ocho plantas españolasEn esta feria, que terminará el próximo viernes, participan empresas dedicadas a la recuperación y el reciclaje de componentes de televisores, las cuales son capaces de recuperar prácticamente el 100% de las piezas que los integran. En la actualidad hay ocho plantas distribuidas por toda la Península que pueden hacerlo. El reciclado de los componentes de aparatos eléctricos y electrónicos supone una aportación importante a los objetivos fijados por España en el Protocolo de Kioto, en el que se adquirió la responsabilidad de no superar en más de 15 por ciento el volumen de emisiones respecto a las cifras registradas en 1990. En el caso de las televisiones, y calculado un peso medio de 20 kilogramos para los antiguos monitores con tubo de rayos catódicos, la reutilización de los materiales del millón de pantallas que se van a obtener en 2010, supone evitar a la atmósfera la emisión de 21 millones de kilos de dióxido de carbono (CO2).Y es que gracias a este proceso, que se hace a mano por un operador, se recuperan distintos metales pesados y altamente contaminantes como plomo y férricos, que después se destinan a la fabricación de, por ejemplo, hornos, vitrocerámicas o baldosas para el suelo.