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El lío de la SGAE

La Razón
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A mí, autora, la Sociedad General de Autores me sacaba la piedra sólo de oír nombrarla. Creo que a la mayoría de los autores independientes les pasaba lo mismo y que cada uno hemos intentado en solitario hacer algo, tarea imposible cuando existe un blindaje total, cuando ellos, los que gestionaban la SGAE habían adquirido un poder capaz de castigar con dureza a los que osaban piar en contra. Ahora, la cabeza ha caído por su propio peso y existe un enorme lío. También un despertar de escritores y compositores que, aunque parezca mentira, fueron los que, hace más de cien años, crearon la SGAE para defender sus derechos. En tan breves líneas no puedo contar la historia de esa sociedad de gestión que tan mala fama ha ido adquiriendo, pero sí necesito explicarles que los primeros perjudicados por el afán recaudatorio y el escándalo último hemos sido los propios autores. Nosotros generamos el dinero y unos cuantos, gestores perpetuos, en vez de repartirlo entre los socios, se dedican a meter gran parte de ese dinero en sus negocios o bolsillos (lo está investigando un juez). Porque les aseguro que, aunque olía a podrido en el palacio, los autores no teníamos pruebas para denunciarlo. Somos responsables, sin duda, de falta de unión, gaje de oficios que se hacen en soledad, de ningún modo de querer exprimir monetariamente a los ciudadanos. De verdad creo que no es una de nuestras características. Los autores vivimos de nuestro trabajo, como cualquier otro. Por eso es importante que nadie se aproveche del lío para quitarnos el pan. Sin pan no podremos contarles historias ni ponerles la música. Lo que de verdad nos gusta hacer.