Crítica

Dilema en la Zarzuela

La Razón
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Esta semana se reunió la comisión elegida por el Inaem para que le recomendasen media docena de candidatos para ocupar la dirección del Teatro de la Zarzuela tras el concurso convocado al efecto. El Inaem ha de pensarse bien la decisión porque son muchos y graves los problemas de un teatro para el que no hay una definición clara. Hace años que Cultura no sabe qué hacer con él. En tiempos intentó pasárselo a la fundación del Real y al Ayuntamiento. En tiempos, recordémoslo, el nombramiento por unos días de José Carlos Plaza le costó el cargo de director general del Inaem a Tomás Marco, porque el secretario de Estado no estuvo de acuerdo.
¿Por qué el Ayuntamiento de Madrid se haya al margen del teatro que lleva el nombre de su género más castizo? ¿Por qué no hay la más mínima coordinación con el Real? Su dependencia jurídico-organizativa es problemática: un teatro no puede dirigirse desde el BOE. Se opone a la agilidad con la que ha de funcionar un ente artístico del tercer milenio. La dependencia administrativa ha llevado a cerrar en falso amenazas de huelga, firmando convenios a todas luces perjudiciales. ¿Cómo abordar las recuperaciones? ¿Cómo enfrentarse a una enésima «Verbena de la Paloma»? ¿Sería la ópera-estudio un camino a iniciar? ¿Cómo renovar un público avejentado? ¿Cómo reorganizar un cuerpo técnico excesivo y caro? ¿Cómo convencer al coro que han de prestar su venia a las grabaciones? Son muchos los debates abiertos de carácter general a los que hay que dar solución.Y también los de carácter particular, ocasionados por la gestión de estos años. ¿Por qué las direcciones musicales se han empobrecido a favor de las escénicas? ¿Por qué siete de las once producciones en almacén llevan las firmas de Olmos, actual director, u Ochandiano, socia en tiempos? La presente etapa ha de acabar del todo y el Inaem ha de elegir un candidato que ame el género, lo conozca y esté dispuesto a dar la batalla honestamente. ¡Sabiduría y suerte!