Andalucía

La solidez de Alberto Fabra

La Razón
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Alberto Fabra, presidente de la Generalitat Valenciana, demostró ayer su solidez política y justificó su designación para dirigir una de las regiones más importantes y de mayores expectativas. Desde la reflexión y la prudencia no oculta la firmeza de sus exposiciones, especialmente si se trata de defender los intereses de su tierra, entroncados en los generales de España. Fabra aprovechó ayer la tribuna nacional que le ofreció LA RAZÓN para desgranar los vaivenes del escenario español. Apenas transcurridos tres meses desde su nombramiento, ya ha exhibido extraordinarias dotes de gestión. No sólo para afrontar algunas cuestiones de especial sensibilidad en su Comunidad, sino para asumir el liderazgo en la reivindicación de una infraestructura ferroviaria para mercancías como la del Corredor Mediterráneo, que se encontraba apartada en vía muerta, nunca mejor expresado, por el Gobierno socialista. Su insistencia y su persuasión con los líderes de Cataluña, Baleares, Murcia y Andalucía provocaron una presión diaria durante estos últimos meses que desembocó en la aceptación de aquélla y su posterior defensa por parte del Ministerio de Fomento, obligado a aceptar que en el recorrido se encuentran el 40 por ciento del PIB nacional y de población, o el 50 por ciento del tráfico de mercancías. Se trata, en definitiva, de una apuesta por la competitividad en los mercados europeos. Como afirmó en su día el presidente de Ford España, ese enlace férreo rebajará en 300 euros los vehículos producidos en la factoría de Almussàfes. El presidente valenciano ofreció una visión acertada de España desde la periferia. Con sus frustraciones, pero sin desistir de solicitar lo que considera justo.

La deficiente financiación por habitante constituye un reto actual para afrontar el problema de la financiación autonómica, uno de los dramas que asolan no sólo al Estado sino a todas las autonomías y que sólo será superado mediante un proyecto que elimine el despilfarro, promueva la austeridad y dinamice la productividad a través de la reactivación de las empresas, tal como expuso el presidente Fabra al diseccionar minuciosamente las alternativas que serán ejecutadas durante los próximos años, en su opinión, por un Gobierno de Mariano Rajoy. Para ello tendrán una participación sustancial las tres provincias de la Comunidad, que han dejado patente, históricamente, su potencia empresarial en cualquiera de las vertientes industrial, turística, agrícola, servicios, etc. La región del Levante peninsular afronta, en palabras de Fabra –que no dudó en reconocer las dificultades de la situación actual–, un futuro complicado pero ilusionante para una tierra que jamás ha dudado de su papel estelar en el concierto nacional. Si el acierto con que ha asumido la herencia de la Generalitat garantiza la gestión futura, da la impresión de que Alberto Fabra se erigirá en protagonista de acontecimientos venidero. El presidente dejó argumentos sobrados para hacerse acreedor de «LA RAZÓN de ...», entre ellos el haberse alzado como impulsor de un gran pacto de Estado para unificar servicios esenciales como la Sanidad o la Educación en todo el territorio nacional.