Un candidato en tierra de nadie

MADRID- Lo intentó de todas las maneras. Primero, haciendo malabarismos dialécticos para explicar por qué apoya ahora una reforma que ridiculizó; segundo, con mensajes para hacer ver a su partido y al electorado socialista que era quien estaba al frente de ese cambio constitucional; y, tercero, con la idea de que el PP aceptó su propuesta de no incluir un techo de gasto en la redacción pactada. Pero lo cierto es que el candidato del PSOE para las próximas elecciones generales, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha desempeñado un papel más que limitado, pese, eso sí, a que no cejó en lograr un mayor protagonismo. Al final, las riendas de las negociaciones tuvieron que tomarlas personalmente Mariano Rajoy y José Luis Rodríguez Zapatero. El candidato Rubalcaba no estaba siquiera en el equipo negociador por parte del PSOE, integrado por el portavoz en el Congreso, José Antonio Alonso, Francisco Fernández Marugán y José Manuel Benegas. Por eso, ayer quiso recuperar parte del protagonismo en esta negociación entre los dos principales partidos. «He estado en muchos sitios del barco y lo último que me ha importado es quién maneja el timón o quién echa el carbón», afirmó.