El Estado del Bienestar según los sindicatos: más gasto público y más déficit

MADRID- Diez años perdidos en una regresión económica sin precedentes que ha devuelto a los españoles a los niveles de riqueza de 2002, según los datos de la propia Unión Europea. Sin embargo, hay quien se resiste a admitir la realidad y apuesta por engordar el gasto de las administraciones públicas causantes, en buena medida, de los problemas de España. Ésa es una de las propuestas más relevantes que anunciaron ayer los secretarios generales de CC OO y UGT, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, en la presentación de la plataforma en defensa del Estado del Bienestar y los Servicios Públicos, a la que se sumaron 40 organizaciones y cuya finalidad es contrarrestar el «feroz» recorte del gasto público propuesto por el Ejecutivo popular para atajar la desviación heredada en las cuentas del Estado en cerca de 40.000 millones (hasta el 4,4% del PIB). Aunque Méndez reconoció casos de «despilfarro» en el sector público, apostó por «ampliar la participación e intervención» del Estado para ocupar el vacío que deja el sector privado como consecuencia de la crisis. Según el líder de UGT, los actuales niveles de déficit se han generado por la «brutal» caída de los ingresos impositivos y por la necesidad de aumentar el gasto público al inicio de la crisis. Méndez remarcó que, pese a ese agujero, los niveles de deuda pública no son excesivamente elevados en relación con el PIB de España y manifestó que «atentar contra el empleo público» sólo puede llevar a un mayor deterioro de los servicios. Por su parte, Toxo explicó la fórmula con la que los sindicatos pretenden recaudar más ingresos para las maltrechas arcas del Estado y lograr así financiación adicional con la que aumentar aún más la presencia del Estado en la actividad económica: que la UE flexibilice las exigencias de cumplimiento del déficit –que obligan a los miembros de la eurozona a rebajar el agujero en sus cuentas al 3% del PIB en 2013– y una reforma fiscal «integral» para luchar contra el fraude. Ambos líderes anunciaron que la plataforma, al estilo de la del «No a la guerra» y cuya primera reunión se celebrará el 5 de marzo, está abierta a nuevas organizaciones para tratar de «centralizar» las movilizaciones contra el Gobierno.