Eurogrupo

El eje franco-alemán

La Razón
La RazónLa Razón

«Le petit Napoleón» Sarkozy y la «panzer» canciller alemana Angela Merkel han decidido, es un decir, coger el toro por los cuernos y «hacer más Europa» para enfrentarse a la crítica situación de la UE y especialmente de la zona euro. Ellos solos se lo han guisado; ellos solos se lo han comido y el eje franco-alemán ha vuelto al primer plano de la actualidad. España, ni está, ni se la espera. ¡Qué tiempos aquéllos –es verdad que existieron aunque ahora parezca mentira– en los que el citado eje tuvo su prolongación, con mayor o menor fuerza, hasta Madrid! Era la época de Felipe González, que tuvo mucho peso en la UE, y la de José María Aznar, que, con un estilo diferente, también contó mucho. Ahora, brillamos por nuestra ausencia y así continuaremos hasta que tengamos nuevo Gobierno. La verdad es que la iniciativa franco-alemana para «hacer más Europa», crear un verdadero Gobierno, unificar las políticas fiscales, imponer un límite legal al déficit y una tasa a las transacciones financieras es poco más que un catálogo de buenos propósitos y está llena de grandes lagunas, pero menos da una piedra. Ayer, además se despacharon con un pasito más en su proceso de ordeno y mando y pidieron que se suspenda la transferencia del dinero de los Fondos Estructurales a los países de la eurozona que no reduzcan sus déficit excesivos. Todo esto pilla a España con el paso cambiado, sin pinchar ni cortar y en puertas de unas elecciones de las que saldrá un nuevo Gobierno. ¡Ojalá el próximo Ejecutivo siga los pasos, en lo que respecta a la UE, de González o Aznar, y se olvide de ZP.