Para la guerra

«Si vis pacem, para bellum». Existe una pistola marca «Parabellum» porque es una máxima latina precursora de las políticas de disuasión por la que los ejércitos se preparan para la guerra con el propósito de no caer en ella. Al socialista Narcís Serra se le reprochaban justamente algunas iniquidades, menos una: haber desideologizado a unas Fuerzas Armadas franquistas. Carme Chacón pretende ahora impartir a los cadetes de las academias militares la asignatura «Alianza de civilizaciones» que para su menester es tan interesante como la teoría y la práctica de la lucha de clases o aprender punto de cruz. Esa recurrente alianza es una nube gaseosa que se le ocurrió a Zapatero en una noche de insomnio y tormentosa. A ese carromato cargado de nada se apuntan tibiamente políticos turcos que desandan el camino de Kemal Ataturk, los teócratas iraníes que van desde la nuclearización a la lapidación de las mujeres pasando por el ahorcamiento en grúa de homosexuales, y a unas Naciones Unidas que a falta de ideas y recursos, compran lo que se les regala. Cuando ZP expuso en la ONU «su ocurrencia», los embajadores allí asistentes quedaron papando moscas. Las civilizaciones se han impuesto, o superpuesto, pero ninguna se alió con otra. Y lo que hay es un encono por parte de la civilización musulmana contra el occidente cristiano.
Ya es bastante dura la Academia de Artillería para que les endosemos este indigerible chicle mental socialista destinado a nuestros futuros militares para que sean políticamente correctos según el evangelio de Ferraz. Lo importante es la ingeniería social en todos los estratos de la sociedad y los problemas reales son arabescos laterales. Los militares españoles acabarán salmodiando al Corán.