Piaggio cierra la planta de Derbi para llevarse la producción a Italia

La decisión de Piaggio supone la deslocalización de una empresa fuertemente arraigada a Cataluña. No en vano, los orígenes de la marca se remontan a 1922, cuando Simeón Rabasa montó una tienda de reparación de bicicletas. En los años 40, Rabasa abre su propia tienda de bicicletas hasta que, en 1949, lanza al mercado su primera motocicleta: el velomotor «derivado de bicicleta» (Derbi) SRS. En 2001, el grupo italiano Piaggio compró el cien por cien de la compañía.

Los detalles del cierre, sin embargo, son escasos. La compañía transalpina informó a los representantes sindicales de que el consejo de administración ha aprobado «reestructurar» su actividad en España, donde sólo tiene la planta de Martorelles, en el marco de un proceso que supondrá «transferir la producción de este establecimiento a otras fábricas del grupo italiano». El grupo justifica la decisión por la voluntad de racionalizar la producción en Europa y garantizar una mejor eficiencia y productividad de las operaciones del grupo.

Por ahora, ni la Generalitat ni los sindicatos tienen constancia de que la marca vaya a presentar un Expediente de Regulación de Empleo (ERE). Más bien se inclinan a pensar que Piaggio tiene intención de negociar directamente con la plantilla las condiciones del cierre. En cualquier caso, la Generalitat se reunirá hoy con las dos partes para tratar el asunto.

Beneficios
Los sindicatos, por su parte, pusieron el grito en el cielo al saber la noticia, dado que la dirección de Derbi firmó, hace un año, un acuerdo, bajo el paraguas del departamento de Trabajo, mediante el que Piaggio se comprometía a hacer las inversiones necesarias en las instalaciones de Martorelles y mejorar su competitividad. La planta catalana, por su parte, a diferencia de las fábricas italianas, durante 2010 ha conseguido reducir los costes de producción por unidad en un 11 por ciento. «No tienen motivos económicos. El grupo se está replegando para mantener los puestos de trabajo en su país. Son motivos políticos», explicó ayer el responsable sindical de UGT, Antonio Carrero. CC OO apuntó, en la misma línea, que «no existen motivos que lo justifiquen, ya que la planta de Martorelles ha obtenido beneficios en los últimos ejercicios, no tiene pérdidas económicas y es una de las más eficientes del grupo». Los sindicatos, además, calculan que los daños a las industrias auxiliares pueden acarrar la destrucción de otros 2.000 empleos.

La situación del Vallès Oriental, pues, se presume difícil. A Derbi y Yamaha hay que sumar el traslado de parte de la producción de los fabricantes de componentes Ficosa y Valeo. Por lo que, en apenas tres meses los ERE han afectado a 700 personas.

«Caso aislado»
Por su parte, el portavoz del gobierno de la Generalitat, Francesc Homs, tildó de «caso aislado» el anuncio de Piaggio, al tiempo que expresó su confianza en la «capacidad de iniciativa» del sector del motor en Cataluña.

 La portavoz adjunta del PSC en el Parlament, Laia Bonet, sin embargo lamentó que el Govern hable de «caso aislado» después de los diversos anuncios de cierres empresariales. Desde el PP, el portavoz, Enric Millo, subrayó la autonomía de la empresa para tomar este tipo de decisiones, aunque lamentó que el Govern «de por hecho» el cierre «sin poner todas sus energías para evitarlo».