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El concurso de ideas para la Gran Vía falla a favor de todos los finalistas

El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, convocó el pasado mes de enero un concurso de ideas sobre el futuro de la Gran Vía, avisando ya entonces de que los proyectos ganadores no serían llevados a la práctica sino que sólo supondrían una reflexión sobre la calle en el año de su Centenario.

Sin embargo, lo que no esperaban los arquitectos que presentaron sus propuestas era que finalmente el jurado, formado por 17 miembros del Consistorio y del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM), fallara a favor de los doce proyectos finalistas, que se repartirán los 24.000 euros de premios.

El primer edil ha anunciado este lunes que el jurado ha decidido "por amplia mayoría, con dos abstenciones y un voto en contra"seleccionar los doce proyectos como ganadores, y repartir entre ellos tanto los títulos como el dinero destinado a los premios para "agradecer e incentivar"la participación en este tipo de convocatorias.

Así, los ganadores del concurso 'Gran Vía Posible', al que se presentaron 47 proyectos, han sido: De Madrid al Cielo, Slow Motion, El Paciente Americano, Comunica Madrid, Arteria Cordial, Austeriza, El recolector de Sueños, La mirada Vertical, Gran Vía Ejemplar, Cómo sembrar acontecimientos públicos, 365 otras Gran Vías Posibles, Delirious Gran Vía y Gran Vía Fascinante.
 

"Los proyectos son muy diferentes y muy contradictorios. Algunos están centrados en la arquitectura, el urbanismo o incluso la escultura, mientras otros se centran en la reflexión de la ciudad con el pretexto de la Gran Vía, o se introducen en el mundo de la ilusión, los sueños, lo utópico y lo irrealizable, que también puede llegar a convertirse en un proyecto concreto", ha destacado el primer edil.

En principio, el Consistorio no se ha comprometido a llevar a la práctica ninguna de las propuestas, que van desde la ampliación de aceras y la instalación de grandes jardines, hasta iniciativas utópicas y visionarias como crear grandes rascacielos a lo largo de toda la calle.


En cualquier caso, Gallardón ha recordado que algunas de las propuestas concretas podrían incluirse en el futuro planeamiento urbanístico de la Gran Vía, que actualmente se está configurando a través del Plan Director, o también ser tomadas para el programa electoral de cualquier partido, o incluso para generar más debate ciudadano.
 

"La idea era invitar a la ciudad a pensar sobre su futuro, reflexionar críticamente sobre los aciertos y los fallos del presente", ha puntualizado el alcalde, añadiendo que, con este concurso, se inicia "un nuevo camino donde las decisiones que se tomen estarán directamente condicionadas por estos proyectos". "Este debate no ha hecho más que empezar", ha pronosticado.

En este mismo sentido se ha pronunciado la decana del COAM, Paloma Sobrini, quien ha indicado que el hecho de que "una intervención urbana se inicie con un debate profesional y con la participación ciudadana es fundamental", y ha recordado que "hay muchos espacios en Madrid que están deteriorados o no están a la altura de lo que Madrid necesita, y es necesario el debate para decidir lo que se debe hacer".

De momento, los madrileños podrán conocer de primera mano las propuestas ganadoras del concurso, que serán expuestas al público en un lugar y fechas aún por determinar. Además, se trabaja con el COAM en que profesionales del sector puedan asesorar a los visitantes de esta muestra para entender mejor las propuestas.

En el acto de hoy han estado presentes, entre otros, el vicealcalde de Madrid, Manuel Cobo; las delegadas de Las Artes, Alicia Moreno, y Urbanismo, Pilar Martínez; y el edil de IU Daniel Morcillo.


El concurso 'Gran Vía Posible', convocado el pasado mes de enero, buscaba seleccionar ideas de carácter urbanístico y arquitectónico para fortalecer el eje, recuperando y potenciando sus componentes lúdicos y comerciales, y adecuándolo así al siglo XXI.

La convocatoria era para profesionales de la arquitectura tanto españoles como extranjeros, que podían plantear cualquier propuesta aportando en torno a cinco objetivos: reactivar e identificar nítidamente el ámbito físico de la Gran Vía, articulándolo con su entorno y con el área central; incorporar nuevos valores de la cultura contemporánea; establecer unos usos vinculados a la efectiva protección del patrimonio edificado y del paisaje urbano; y mejorar el funcionamiento diario del ámbito, integrando sus objetivos en las actividades hoteleras y comerciales.
 

Eso sí, entre los requisitos se incluía la necesidad de combinar y compatibilizar los focos de ocio, comercio y cultura con nuevas actividades y con las dotaciones y sedes institucionales vinculadas al conocimiento y la innovación para potenciar cada tramo de la Gran Vía.

En concreto, el tramo desde Cibeles y hasta la Red de San Luis estaría reservado para los conocimientos y la investigación, entre otras cosas por la presencia en la zona del Instituto Cervantes, el Círculo de Bellas Artes, el Casino o el antiguo Círculo de la Unión Mercantil e Industrial.

Entre la Red de San Luis y la plaza del Callao, se evidenciaría la importancia de la innovación en la ciudad, apoyándose para ello en las instituciones relacionadas con la tecnología, la comunicación y las nuevas formas de ocio como el edificio de Telefónica o el Palacio de la Música. Finalmente, desde Callao hasta la plaza de España se fomentarían los usos relacionados con el espectáculo, los hoteles y los restaurantes.
 

En cuanto a la propia Red de San Luis, se debería pensar como un nodo con el eje Fuencarral-Sol, mientras que Callao podría ser tenida en consideración como punto de acontecimientos mediáticos y culturales, con el fin de convertirlo en un foro cívico de encuentro de la ciudad.

La segunda condición que deberían respetar los proyectos se refería a la movilidad, ya que la calle debía mantener su carácter multimodal y conservar la coexistencia del tráfico rodado y el peatonal.

El jurado debía valorar las ideas teniendo en cuenta su coherencia con respecto a los objetivos marcados, y teniendo en cuenta las propuestas en su conjunto o sólo algunas partes de las mismas.

Los premios iban desde los 12.000 euros del primero a los 6.000 euros del segundo, o los 3.000 euros del tercero. Además, habría tres accésit valorados en mil euros cada uno y diez menciones, éstas sin dotación económica.