Murcia

En prisión

La Razón
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En las escuelas de negocio suele impartirse una asignatura que viene a denominarse algo así como «La responsabilidad social del empresario». En ella se trata de enseñar a los alumnos que, aunque obtener un beneficio sea el objetivo fundamental de cualquier empresa capitalista, hay otros aspectos que no deben olvidarse ni echarse en saco roto porque incluso pueden llegar a condicionar aquél. Hoy día posiblemente se pasen por alto muchas acciones a causa de la crisis y, menos mal, que otras ya están reguladas como obligación. A pesar de las drásticas reducciones presupuestarias a las que se enfrentan nuestras instituciones musicales –en Murcia se acaba de cancelar totalmente su temporada de ópera– hay algunas que todavía siguen prestando atención a programas sociales.

Así el Teatro Real mantiene un proyecto pedagógico que fue envidiable y que aún puede presumir de serlo. Además inauguró en la temporada 2007-2008 otro social admirable que consiste en llevar la lírica a los centros penitenciarios. Juan Marchán, quien fuera director de comunicación del teatro, es responsable de un proyecto por el que han pasado altruistamente muchos de nuestro más reconocidos cantantes: Bros, Zapata, Vega, etc.

El Ministro del Interior presidió hace apenas unos días el acto de entrega a Marchán de la Medalla de Plata al Mérito Social Penitenciario, otorgado por la correspondiente secretaría a la labor que desarrolló el pasado año el Teatro Real en las cárceles en apoyo a la rehabilitación de los internos a través de la música, la danza y las artes escénicas.

Para todo el equipo que participa en la idea ha de resultar una experiencia muy peculiar y gratificante llevar un poco de alegría a estos terribles lugares y ver a los presos ilusionarse con la música. A veces son conferencias ilustradas o conciertos, otras se opta por espectáculos más complicados, pero siempre muy estudiadas para adecuar el espectáculo a las peculiaridades de público y recinto. Se trata, en definitiva de acercar la música a quienes por un motivo u otro no pueden acercarse a ella y, dentro de este espíritu, también habría que resaltar una labor similar en hospitales. Son iniciativas dignas de toda alabanza, bastante desconocidas, y a las que se debe prestar apoyo permanente.