Balón de Oro

El inmenso ego de Cristiano

Iker Casillas no le convenció de que las opiniones de Sara Carbonero sobre él son profesionales. El capitán y «CR» se soportan, sin más

Valdano, Florentino, Pardeza, Casillas y Ramos se reunieron para hablar de las primas: aún no hay acuerdo
Valdano, Florentino, Pardeza, Casillas y Ramos se reunieron para hablar de las primas: aún no hay acuerdolarazon

Madrid- Asombrado, perplejo, incrédulo, desconcertado. Así se sintió Iker Casillas el pasado 21 de septiembre cuando, una hora antes de que comenzara el encuentro Real Madrid-Espanyol, Jorge Valdano le reclamó para una reunión inaplazable. Lo contaban Ángel Rodríguez y Fernando Burgos en «Al primer toque», de «Onda Cero». El portero tenía que dar explicaciones por una opinión profesional de una periodista deportiva, su novia, Sara Carbonero. Cristiano Ronaldo así lo exigía. Urgentemente.

Casillas iba a cambiarse para salir el primero a calentar, como de costumbre. Pero le llamó Jorge Valdano a una sala contigua al vestuario. «¿Reunión?». Cuando llegó, se encontró, además de con el director general, con Florentino Pérez, Miguel Pardeza, Antonio Galeano y Cristiano Ronaldo. Horas antes había aclarado a «CR7» que Sara Carbonero, en un programa de su cadena televisiva, ni le había insultado ni faltado al respeto; que dio su opinión periodística, ésta: «Cristiano Ronaldo, como buen delantero, es egoísta e individualista». En principio, el portugués aceptó las explicaciones, pero a medida que pasaban las horas se fue calentando. Y pidió la reunión, sólo una hora antes del comienzo del partido.

Casillas tomó asiento, Antonio Galeano apretó el «play» del DVD y todos escucharon lo que dijo Carbonero. «¿En qué te ha faltado?», le esgrimieron. No respondió. De inmediato se levantaron todos de la grotesca asamblea. Los jugadores salieron al campo, el Madrid ganó 3-0 al Espanyol, mañana anfitrión del Barça, «CR7» hizo el primer tanto de penalti, luego marcaron Higuaín y Benzema; Clos Gómez expulsó a Pepe, Galán y Forlín...

Más de dos meses después el incidente ha recobrado actualidad porque Cristiano Ronaldo hace las migas justas con la mayor parte de sus compañeros. Nadie le discute su inmensa categoría profesional; pero algunos gestos suyos no son bien recibidos, y no sólo por la afición contraria. Cristiano es así, hay que tomarlo o dejarlo. Marcelo, Pepe y Di María, por ejemplo, lo toman; a otros les cuesta tragar la pastilla. No es nada nuevo, ya sucedió algo parecido con Hugo Sánchez, cuando Buyo y Martín Vázquez eran casi los únicos que le soportaban.