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El talibán se ceba en el débil Ejército afgano

Once soldados y dos policías murieron y otras 24 personas resultaron heridas ayer en un asalto en la ciudad norteña afgana de Kunduz y en un ataque suicida en Kabul, según fuentes oficiales.

Cadáver de uno de los soldados afganos muertos ayer en Kabul
Cadáver de uno de los soldados afganos muertos ayer en Kabullarazon

En Kunduz, capital de la provincia homónima, un grupo formado por cuatro insurgentes asaltó un centro de formación del Ejército y se enfrentó a tiros a las fuerzas del orden. En el ataque murieron tres soldados y dos policías. El centro de formación está a apenas 200 metros del centro de la capital de la provincia, a la que ayer acudió en visita sorpresa la canciller alemana, Angela Merkel, para reunirse con las tropas alemanas desplegadas en la zona.

Poco después, cinco soldados perdieron la vida y nueve personas más resultaron heridas en un ataque suicida registrado en Kabul, según el portavoz del Ministerio del Interior, Zemarai Bashary. De acuerdo con Bashary, dos suicidas atacaron un autobús militar enfrente del acantonamiento estadounidense de Camp Phoenix, emplazado en la conflictiva carretera de Jalalabad, en el distrito 9 de Kabul.

Los asaltos y atentados son dos tácticas frecuentes empleadas por los insurgentes afganos en sus intentos por lograr la retirada de las tropas extranjeras presentes en Afganistán y la implantación de un régimen de corte fundamentalista.

El número de soldados extranjeros fallecidos en Afganistán en 2010 asciende a 700 tras la confirmación de la muerte, ayer, de un soldado de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF) en el sur del país.

Esta cifra supera ampliamente las 521 muertes de 2009, que suponían el peor balance desde el comienzo de la guerra. Las fuerzas afganas han sufrido también muchas bajas, pero no se tienen datos exactos sobre el número total.

La violencia se encuentra en sus niveles máximos desde que los talibán fueron expulsados del poder en 2001 y las cifras de muertos civiles y militares están en cifras récord pese a la presencia de cerca de 150.000 tropas extranjeras en el país. La insurgencia se ha extendido en los últimos dos años desde sus regiones tradicionales en el sur y en el este hacia zonas anteriormente tranquilas, forzando a las tropas internacionales a pasar a la ofensiva.

Los líderes de la OTAN acordaron en la última cumbre de Lisboa terminar las operaciones y pasar las responsabilidades de seguridad a las fuerzas afganas a finales de 2014, aunque las retiradas parciales comenzarán en 2011.