Caso Marsans
Zapatero y Ferrán
No sé yo quién estará pasando peores días, si Zapatero o Díaz Ferrán. El primero de ellos se ha tenido que bajar los pantalones delante de Merkel, Sarkozy y Obama y ha debido cambiar los principios fundamentales de su política económica y de su forma de pensar, en un abrir y cerrar de ojos, de un día para otro, dejando, en teoría, tirado a su íntimo Cándido Méndez, todo por culpa de los mercados y de los especuladores.El segundo lleva unos cuantos meses que no levanta cabeza debido a la situación de su grupo empresarial, o de lo que va quedando de él. Dicen algunos, en su defensa, que su calvario comenzó cuando en julio del año pasado no se plegó a las exigencias de Zapatero, por lo que éste se la juró y abandonó las gestiones ante el Gobierno de Cristina K. para que pagase la cantidad estipulada en un principio por lo de Aerolíneas Argentinas.Según estas fuentes, ahí comenzó el último tramo de su vía crucis particular, cuando se evaporó esa suma en la que tenía depositada su confianza para hacer frente a la situación de Marsans. Puede que haya sucedido así, pero los problemas empresariales del patrón de patronos ya venían de más atrás. El caso es que, en los últimos días, el camino de Z y de Ferrán se ha vuelto a cruzar, en una situación más que complicada para ambos. La gran diferencia es que el inquilino de La Moncloa tiene una responsabilidad más grande de cara a los españoles que el de CEOE.
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