Gastronomía

De tapas con Baco

En Vadebaco una bodega con más de 350 referencias y una dinámica cartade vinos por copa acompañan a una cocina sencilla, pero sorprendente 

De tapas con Baco
De tapas con Bacolarazon

R acimos de uva que cuelgan del techo nos dan la bienvenida. Un ancho pasillo de pizarra decorado con algunas propuestas culinarias nos lleva hasta una agradable sala principal coronada por una pirámide de cristal de la que emana una impresionante luz natural. Nos adentramos en Vadebaco, un local de reciente apertura en el panorama gastronómico de la capital que hace las delicias de los amantes del vino. Y no es para menos, pues su bodega cuenta con la friolera de 350 referencias, nacionales y extranjeras, así como una sugerente y dinámica oferta de 30 vinos por copa donde los márgenes son tan estrechos que nadie se asusta al ver la cuenta final.
Pero no sólo de vino se alimenta el comensal que llega a Vadebaco. Los fogones del restaurante están a la altura de los paladares más exigentes, gracias a una cocina sencilla y bien hecha que bebe de la tradición, sin renunciar a ciertos guiños creativos.
Aquellos que quieran algo informal tienen el éxito asegurado en cualquiera de las dos barras del local. La música suave de fondo invita a abrir boca con una copa en la mano. De fondo, la bodega al aire libre nos deja entrever que las posibilidades son casi infinitas.
Lo mejor será dejarse aconsejar por el saber hacer de Víctor Díaz, experimentado sumiller del local, aunque puestos a picar algo hay algunas recetas que funcionan seguro. Es el caso de las croquetas de jamón, de la típica ensaladilla rusa o de los callos a la madrileña, una propuesta que no defrauda a los apasionados de este plato, gracias a un perfecto punto picante. Pero si hay algo que no debemos perdernos son los soldaditos de Pavía, crujientes y muy sabrosos.

El plato de Bob Esponja
Para una comida algo más contundente, Vadebaco también tiene alternativas curiosas. Desde unos ricos y sencillos huevos fritos con puntillitas hasta una curiosa hamburguesa de pescado más propia del famoso mundo submarino de Bob Esponja. Merece la pena probar esta última, denominada «cangre burguer» y elaborada a base de rape y langostinos. El paladar de los más clásicos queda más que satisfecho con el risotto de boletus con vieira, suave y aromático, ideal para acompañar con un buen vino blanco. Todos los platos se presentan en versión de barra y mesa.
El esperado momento del postre llega de la mano de un refrescante mojito o de una espuma de mascarpone con fresas, aunque lo más divertido es optar por el postre a nuestra medida. La base es un bizcocho al que podemos añadir cuantos siropes y complementos dulces queramos.