Sevilla

El riesgo de un Cuerpo «anquilosado»

La AUGC denuncia el «pésimo estado» de vehículos como los de la Unidad de Seguridad Penitenciaria de Córdoba o del cabotaja de la aduana de Cádiz 

Imágenes del lamentable estado en el que se encuentran los servicios de un cuartel de la Guardia Civil de un municipio andaluz. En los aseos de esa misma edificación se pueden apreciar también desperfectos visibles
Imágenes del lamentable estado en el que se encuentran los servicios de un cuartel de la Guardia Civil de un municipio andaluz. En los aseos de esa misma edificación se pueden apreciar también desperfectos visibleslarazon

sevilla- «Desde hace años, la jefatura de Córdoba asigna a la Unidad de Seguridad Penitenciaria (USP) vehículos con mucha antigüedad y en pésimo estado», denuncian fuentes de la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC). En la actualidad, son tres los automóviles destinados a la vigilancia de la cárcel: un Nissan Patrol, con más de 17 años y 324.000 kilómetros recorridos, un Nissan Terrano de 16 años y 302.000 kilómetros y un Renault Megane, con una década en sus ruedas y 206.000 kilómetros. Los tres acumulan averías, además de kilómetros «y en sus reparaciones se malgasta el ya de por sí escaso presupuesto con el que contamos», lamentan.
 No es la única advertencia que realizan desde Córdoba. Avisan también de que los vehículos que el Instituto Armado emplea para el traslado de presos presentan «serias deficiencias» en materia de seguridad y de habitabilidad. «Las puertas de las celdas de los furgones no tienen cerradura, sólo unos rudimentarios cerrojos con cadenas. Carecen de cámaras y de monitores de vigilancia alguno y, por supuesto, no tienen aire acondicionado, ni para los reos ni para los agentes que realizan su trabajo en las condiciones climáticas que se dan en nuestra comunidad».

A esto hay que añadir que «no pueden entrar en los garajes de numerosos juzgados por no tener integradas las luces de señalización prioritarias en la carrocería». ¿Qué supone eso? Un riesgo innecesario de fuga y de ataque, explican. Desde la AUGC aseguran que las «malas condiciones del material con el que tenemos que desempeñar nuestra labor y de los inmuebles del Cuerpo, se dan en otros puntos de la comunidad», se quejan.

Señalan a Cádiz y sus «problemas en la aduana». En concreto en la zona de cabotaje, donde se hace el control de vehículos y se registran. «No está acondicionado ni para los agentes ni para los usuarios. Hay un techito muy pequeño que apenas cubre nada y la peculiar meteorología de esta zona, a veces dificulta nuestro trabajo». ¿Conclusión? De nuevo peligros innecesarios en una área «sensible» como la aduana.

Al contexto formado por tales condiciones laborales suman «los penosos vestuarios con los que contamos en la Comandancia de Sevilla, con el suelo de uralita tóxica y sin aire acondicionado». Estampa que se repiten, aseveran, en otros municipios sevillanos. En ese sentido, destacan la situación de una guardia civil que en La Roda de Andalucía «tiene que compartir vestuario con el resto de la plantilla masculina y el servicio con detenidos, guardias y todo el personal que acude al cuartel a realizar cualquier tipo de gestión».

Mientras los desperfectos se acumulan, «tenemos a los oficiales ‘a dieta'», critican, en alusión a los pluses que «difícilmente se pueden justificar en algunas unidades y que se están produciendo». Entienden que si ese dinero «se empleara en comprar chalecos antibala ligeros, reparar furgones... y no nos recortaran derechos, los ciudadanos tendrían mejor garantizada su seguridad». Dicen que confían aún «en el sentido común» del Gobierno que salga de las urnas y «sino –matizan–, seguiremos trabajando para modernizar esta Guardia Civil anquilosada en el 1844».