Sevilla
El sueño me mata
Por todos es de sobra conocido que dormir adecuadamente es importante, pero lo que la mayoría desconoce es que las consecuencias de dormir menos de las ocho horas diarias recomendadas van mucho más allá del simple cansancio al día siguiente.
Son muchos ya los estudios científicos que alertan de que dormir poco y mal puede tener consecuencias nefastas para nuestra salud. Resulta cuanto menos preocupante que dos de cada diez españoles presentan algún trastorno del sueño, un estado de reposo imprescindible para la salud del organismo.
Durante el transcurso del sueño se suceden procesos metabólicos vitales. Es por este motivo que los expertos advierten de que este tipo de trastornos pueden llegar a ocasionar mermas de consideración sobre las capacidades cognitivas, sobre el sistema metabólico o el riesgo cardiovascular.
Pérdida de memoria
Las alteraciones del sueño tales como el insomnio afectan a la consolidación de nuevos conocimientos, hecho que a su vez podría derivar en pérdida de memoria, según señalaron ayer los especialistas en la materia, reunidos en el simposio sobre memoria y sueño de la XX Reunión Anual de la Sociedad Española del Sueño (SES), que se celebra estos días en Sevilla. «Los pacientes con privación de sueño pueden tener problemas para consolidar las nuevas memorias», destaca el Dr. José María Gaztelu.
Los expertos coinciden en que tras un periodo de sueño se producen cambios cuantitativos y cualitativos en las memorias recién adquiridas, el llamado «proceso de consolidación». En caso de privar de sueño a una persona, estos cambios o bien no se producen o disminuyen considerablemente, efecto negativo que, según afirma la especialista de la SES Mercedes Atienza, «perdura en el tiempo». De hecho, las alteraciones del ritmo vigilia-sueño, típicas de las personas en edad avanzada, también provocan déficit de memoria. «Se piensa que las pérdidas de memoria asociadas a la depresión y a enfermedades neurodegenerativas relacionadas con la edad podrían deberse a una alteración del ritmo biológico», apunta el también especialista del sueño José Luis cantero.
Alto riesgo de alzhéimer
Es por este motivo que en la actualidad se están llevando a cabo estudios encaminados a determinar los cambios que se producen en los patrones de sueño de personas que tienen un alto riesgo de desarrollar alzhéimer. Los primeros resultados sugieren que durante las fases previas al desencadenamiento de la enfermedad, estas personas presentan una disminución significativa del sueño REM –la fase activa del sueño, en la que el cerebro permanece con actividad, y también la más corta–, acompañada de una mayor presencia de despertares durante el sueño de ondas lentas. Otros estudios apuntan a que las lesiones neuropatológicas que caracterizan al alzhéimer podrían estar desarrollándose décadas antes de que se manifiesten los primeros signos de la enfermedad neurodegenerativa.
No obstante, las afecciones cognitivas más importantes que se producen como consecuencia de un trastorno del sueño se dan durante la infancia. «La falta de un tratamiento adecuado puede tener consecuencias fatales, tanto sobre el aprendizaje y la memoria, como sobre el desarrollo y la maduración del cerebro, pudiendo causar daños cognitivos irreversibles», advierte Gaztelu.
Pero los contratiempos derivados de la falta de un descanso adecuado tales como la obesidad, los problemas de corazón o la diabetes no acaban aquí. Ahora el cáncer de colon se suma también a la lista. Eso es al menos lo que afirman científicos estadounidenses. Un estudio de la Case Western Reserve University School of Medicine de Ohio publicado por la revista «Cancer» revela que aquellos que duermen menos de seis horas diarias tienen un 50 por ciento más de posibilidades de desarrollar adenomas colorrectales –precursores de los tumores– que aquellos que duermen al menos siete horas al día de promedio.
La siesta, de media hora
- Dificultad para conciliar el sueño, incapacidad para mantenerse dormido durante la noche o incapacidad para dormir las horas diarias necesarias son sólo algunos de los síntomas que podrían determinar la aparición de uno de los 88 trastornos del sueño descritos por la OMS.
- Consejos como fijar una hora para acostarse, dormir siestas de como máximo media hora, evitar bebidas como el café, el alcohol o el té pueden ayudar a dormir más y mejor. Los expertos sugieren aprovechar la luz natural para activarse y concentrar el ejercicio físico en las primeras horas del día, nunca antes de dormir.
- Se recomienda no leer o ver la televisión en la cama y disminuir el ritmo de actividad a medida que se acerca la hora de dormir. No acostarse con hambre, crear un espacio agradable para dormir o levantarse si el sueño no llega son otros consejos útiles.
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