Conciliación

La Almudena se llena de recuerdos

El único requisito para tener acceso gratuito tanto al entierro como a los servicios funerarios del nuevo tanatorio de la localidad será estar empadronado en la localidad y haber vivido allí al menos los cinco años anteriores al fallecimiento
El único requisito para tener acceso gratuito tanto al entierro como a los servicios funerarios del nuevo tanatorio de la localidad será estar empadronado en la localidad y haber vivido allí al menos los cinco años anteriores al fallecimientolarazon

MADRID- En el día por antonomasia para el recuerdo, más de un millón de madrileños acudieron ayer a los 22 cementerios de la región con motivo del Día de Todos los Santos. El camposanto de La Almudena se engalanó para recibir a los cientos de visitantes, la mayoría antes de la hora de comer, y que quisieron acercarse para honrar a sus familiares difuntos que, cumpliendo con la tradición de cada primero de noviembre, depositaron flores en las tumbas y aprovecharon la jornada festiva para limpiar los nichos.

Un día para familiares
El tiempo acompañó y las floristerías y puestos situados en las entradas del camposanto, que mostraban decenas de tipos de flores, ramos y centros decorativos, volvieron a apuntar este día como uno de los mejores en lo que a ventas se refiere. Crisantemos y dalias cumplieron con la costumbre española y volvieron a ser las flores más preferidas para engalanar las lápidas. «Las ventas no van mal», reconocía Montse, trabajadora de uno de estos puestos, que añadió las rosas y los claveles al «top ten» de flores elegidas por sus clientes en el día de Todos los Santos. Preguntada por si estaba notando el efecto de la crisis en la festividad de los difuntos, la vendedora de flores explicó que todavía «viene muchísima gente» aunque, reconoció, sí se había notado un descenso en «los días anteriores» posiblemente porque mucha gente se ha marchado de puente. Entre los visitantes los testimonios se repitieron. Luisa Santos explicó a Ep Televisión que había acudido a ver a tres familiares, entre ellos su marido. No estaba sola; sus hermanas e hijos quisieron acompañar a esta mujer en un ritual que repite «todos los años».
Trinidad, otra de las visitantes a La Almudena, no logró encontrar entre las 280.000 unidades de enterramiento de este cementerio al primo fallecido al que quería honrar con flores. Ella no pudo entregar sus flores, más suerte corrieron otros cientos de familiares que volvieron a pintar de colores, aunque fuera sólo por un día, los cementerios de la región.