Un presidente y sus 15 ministros de fin de semana en una chabola

Otto Pérez Molina está recién llegado a la Presidencia de Guatemala. Acaba de cumplir los cien días al frente del país después de que el pasado 14 de enero tomara posesión del cargo tras ganar las elecciones de noviembre, y en este tiempo parece dispuesto a todo para demostrar que va a remangarse por el país. Eso o no tiene reparos en hacer lo que sea para conservar una buena imagen.Su última promesa ha sido de lo más sorprendente: pasará el próximo fin de semana encerrado en una chabola con una familia extremadamente pobre, tanto que sus hijos sufren desnutrición severa. En su aventura se llevará también a la vicepresidenta Roxana Baldetti y a sus 14 ministros, que ya han anulado todos sus compromisos para el fin de semana.La iniciativa forma parte de lo que se ha denominado "programa de concienciación con la pobreza", y arranca de un reconocimiento por parte del presidente: "Algunos no tenemos la conciencia de la pobreza que hay en el país".A partir de ahí, los detalles de la "visita": primero, unas horas en casa con la familia, desde el mediodía del sábado, para ver cómo viven, qué comen y cómo pasan un día normal. Después, acompañado de sus ministros, acudirá a dormir a una escuela. A la mañana siguiente, regresará a su casa de acogida para desayunar con la familia (lo que haya) y pasar el resto de la mañana con ellos.Según el periódico guatemalteco Prensa Libre, el Gobierno no informará de dónde vive esta familia, con el objetivo de que la iniciativa no se convierta en una "peregrinación"mediática, aunque sí ha especificado que se escogerá uno de los muchos barrios marginales del país acuciados por la pobreza extrema, en el departamento de Chiquimula, al sur del país.La mitad de los niños, con desnutriciónTampoco se ha informado de dónde pasarán esas horas los otros 15 miembros del Gabinete de Pérez Molina, del Partido Patriota, aunque cada uno lo hará con la misma misión de "tomar conciencia"y buscar inspiración para encontrar soluciones que atajen la pobreza que padece el país. Según datos de Naciones Unidas, el 50 por ciento de los niños guatemaltecos menores de cinco años sufre desnutrición crónica, lo que supone el índice más alto de todo el continente y quinto más alto del mundo, por delante de la inmensa mayoría de los países africanos. En algunos barrios, incluso, la tasa de desnutrición supera el 90 por ciento.