Atenas

Tranquilidad en las bolsas tras la victoria de Hollande

La Razón
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MADRID- Si hay países necesitados con urgencia de crecimiento para salir del hoyo, ésos son España e Italia. Por eso no es de extrañar que las bolsas de ambos recibieran ayer con alzas la victoria de François Hollande en las elecciones presidenciales francesas. En realidad, la situación económica no ha cambiado con la llegada de los socialistas al Palacio del Elíseo. Sencillamente, lo que se ha generado es una expectativa de giro en la férrea política de austeridad impuesta por Alemania, dada la apuesta de Hollande por el crecimiento, pese a que este presumible cambio añade más incertidumbre a las opciones de recuperación rápida de Europa.

Ayer, estas expectativas de nuevas apuestas por políticas de crecimiento pesaron más que la incertidumbre que puede entrañar y que el desconcierto que han generado los resultados en las elecciones griegas, que vaticinan un futuro caótico para el ya convulso país heleno. El Ibex 35 registró su mayor subida del año (2,72%), y recuperó el nivel de los 7.000 puntos al cerrar en 7.063,20. Como explica la analista de IG Markets Soledad Pellón, Hollande podría convertirse en el aliado de los países «débiles» de Europa, entre los que se encuentra España, en caso de que su apuesta por el crecimiento incluyera estímulos monetarios.

Banca
El selectivo español subió impulsado por los grandes valores, con la banca a la cabeza. Las dos grandes entidades nacionales rebotaron poderosamente. BBVA avanzó el 5,37%, mientras que Santander lo hizo el 4,7%. Los mercados aplaudieron la determinación de Mariano Rajoy de inyectar dinero público en aquellas entidades en apuros que lo necesiten. Como explicó a Reuters Peter Kenny, director de la firma de inversión americana Knight Capital, el plan es positivo porque demuestra que el país está tomando las riendas de sus problemas. «Lo que necesita [España] es encargarse de sus propios asuntos, aseguró.

Sólo Bankia, dada la situación límite en que se encuentra, recibió un duro castigo de los inversores y se dejó el 3,26%. La dimisión de su presidente, Rodrigo Rato, y el hecho de que el Gobierno y el Banco de España ultimen los detalles de un plan de saneamiento que incorporará ayudas públicas de entre 7.000 y 10.000 millones de euros y que se conocerá, previsiblemente, antes del viernes tumbaron la cotización de la entidad, que cerró en el mínimo –2,375 euros– desde que empezó a cotizar en julio de 2011.

Los inversores no sólo acogieron de forma favorable el posible giro hacia el crecimiento de Europa, sino también las buenas noticias que llegaron desde Bruselas. España recibió el apoyo de la Comisión Europea respecto a la extensión del plazo para cumplir con la reducción del déficit hasta el 3%, lo que permitiría aflojar los duros planes de ajuste que está teniendo que acometer el Gobierno. Además, también fue bien recibido el aumento del 2,2% de los pedidos industriales de Alemania.

Deuda
La prima de riesgo, que mide la fiabilidad de un país –cuanto más elevada, menos solvente se presupone que es–, se mantuvo estable en los 415 puntos básicos. A pesar de que el bono español a diez años subió tres centésimas, hasta el 5,76%, el incremento similar del «bund» alemán, que cerró en 1,61%, frente al 1,58% del viernes, estabilizó la prima española, que sigue, no obstante, por encima de la peligrosa barrera de los 400 puntos básicos.
 En Europa, Milán, espoleada por un posible cambio hacia políticas de crecimiento que también le favorecería, subió el 2,56%; París, el 1,65%, y Fráncfort, el 0,12%, mientras que Londres permaneció ayer cerrado.

 

El parqué de Atenas se hunde
La bolsa de Atenas reflejó ayer el caos político en el que las elecciones del domingo han sumido al país. El vencedor de las mismas, el conservador Antonis Samaras, se ha declarado incapaz de formar gobierno y el parqué ateniense recibió la noticia desplomándose un 6,6%. Pero sin duda fue la prima de riesgo lo que mejor evidenció el caos heleno. El riesgo país sumó en sólo una jornada 240 puntos básicos, hasta los 2.138. El hecho de que la mayoría de los escaños del Parlamento griego hayan sido ganados por formaciones contrarias a los planes de ajuste ha disparado las dudas sobre la viabilidad del país dentro de la zona euro. Los analistas de Bankinter advirtieron ayer de que «Grecia impagará toda su deuda antes o después» y que «su salida del euro es menos improbable que hace un año».