Banco Popular

Bankia pierde 7150 millones de recursos de clientes

La Razón
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Madrid- La de hoy será una jornada clave para Bankia. El nuevo presidente de la entidad, José Ignacio Goirigolzarri, ha convocado al consejo de administración del banco para comenzar a poner las bases para el plan de viabilidad de la entidad. En un principio no hay planteados cambios importantes en el orden del día, aunque no se descarta que el nuevo gestor proponga a los consejeros el nombramiento de algunos de los miembros de su nuevo equipo, según informaron fuentes financieras a Efe.
Bankia espera a la elaboración del informe de auditoría de 2011 para poder presentar las cuentas definitivas de este ejercicio y del primer trimestre de 2012, después de que su matriz, el Banco Financiero y de Ahorro (BFA), fuera nacionalizada y el Estado asumiera el control de ambas entidades.
A falta de cuentas definitivas del primer trimestre –se conocerán antes de que termine el mes–, el banco publicó ayer la «evolución del negocio» hasta marzo en un documento que recoge algunas de las magnitudes financieras de la entidad en los tres primeros meses del ejercicio.
El banco redujo un 11,1% los gastos de administración respecto al mismo periodo de 2011, hasta los 520 millones de euros. El Plan de Integración de la entidad derivó en el cierre de otras 23 oficinas, lo que eleva a 840 las sucursales cerradas desde enero de 2011. La plantilla se ha reducido en 4.000 personas en el citado periodo.
Los recursos de clientes se redujeron en 7.150 millones de euros, hasta los 204.228 millones, una evolución que la entidad justifica por el «vencimiento de varias emisiones mayoristas y la recompra de bonos de titulización».


LA UE REFORZARÁ EL CAPITAL DE LA BANCA
Los ministros de Economía de los Veintisiete aprobaron ayer por unanimidad una nueva norma para reforzar el capital de los bancos cuyo objetivo es aumentar su resistencia frente a futuras crisis. El compromiso ha sido posible después de que Reino Unido y Bulgaria levantaran sus últimas reservas. El acuerdo final –todavía sin ratificar por la Eurocámara – deja mayor flexibilidad a los países para imponer a sus bancos sistémicos requisitos más exigentes que los previstos por la UE. Esto es, se busca incorporar a la legislación europea las reglas internacionales de Basilea III, para reforzar la solvencia de las entidades. Luis de Guindos dijo que el acuerdo introducirá «estabilidad en nuestros sistemas financieros».