Culturas
Altares urbanos: Las flores no sólo están en los cementerios
Cuando un ser querido muere, ya sea por enfermedad, accidente o simplemente por la edad, pasa a otra vida, la vida eterna la llaman, que todos queremos creer que existe. En este último paso, el cuerpo descansa para siempre en el camposanto, rodeado de flores y de mensajes de cariño por parte de la familia.
Pero si nos damos un paseo por las calles de Madrid o de cualquier ciudad veremos que los crisantemos, los claveles, las cruces y fotos de los difuntos no sólo se encuentran en los cementerios.
LARAZON.es se ha dado una vuelta por diferentes puntos de la capital y ha comprobado que algunos pueden llegar a convertirse en verdaderos altares llenos de flores y objetos fúnebres. Según relatan algunos familiares de víctimas de accidentes de tráfico, se crean con el fin de tener en la memoria a la persona que se ha ido, para que al igual que hay un ramo de flores en su tumba lo haya también en el punto exacto donde desgraciadamente perdió la vida.
Los altares urbanos, como los llaman, no surgen como morbo o como recreación de la muerte, sino como símbolo de memoria al fallecido. Para sus amigos es un recuerdo del ser querido. Para algunos conductores, una advertencia incómoda.
Pasando con el coche por la antigua N-I de Madrid, llama la atención un enorme crucifijo lleno de flores en una torreta de luz. Efectivamente, es un altar de una víctima de la carretera. En él, tres fotos de un chico jovencísimo que perdió la vida a bordo de su moto. Las fotos no están solas, ni mucho menos, las rodean un montón de flores artificiales, dos rosas, cada una de ellas con un "te quiero", rosarios, velas… pero sobre todo mensajes, muchos mensajes y letras de canciones, donde se le recuerda al chico que su familia, amigos y su pareja no le olvidarán nunca.
Muy cerca de allí, justo al lado de los estudios de televisión de Antena 3, una farola llama la atención, y otra vez por lo mismo; esta vez no es solo una víctima sino dos. Según los vecinos de la zona, dos chavales estuvieron toda la tarde con un quad, calle arriba, calle abajo, hasta que lo que iba a ser un día divertido acabó en tragedia con los dos chicos muertos. En su memoria, sus familiares y amigos les han puesto, entre flores y recuerdos, una placa en el suelo con sus dos nombres y la fecha de la muerte.
Pero estos no son los únicos casos que hemos encontrado. Sólo hay que darse una vuelta por cualquier carretera de la ciudad para darse cuenta de que hay muchos puntos que están rodeados de flores, fotos y mensajes de cariño, de personas que han perdido a algún ser querido en la carretera. Algunos altares son auténticas obras de arte, como la que podemos ver en el túnel de Plaza Castilla de Madrid; en el subterráneo se encuentra una cruz grande hecha completamente de flores naturales. Otro ejemplo más de entereza y de señal de que nunca olvidarán al fallecido.
Estos monumentos fúnebres se han hecho y se seguirán haciendo en recordatorio de los que algún día, perdieron la vida en el asfalto y de ninguno de sus familiares ni amigos les olvidarán nunca.
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