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Wojciech Jagielski: «Ben Laden no era un hombre valiente»

Jagielski es uno de los periodistas que mejor conoce la realidad de Afganistán y de los talibanes. Volcó sus recuerdos, notas y reportajes en "Una oración por la lluvia"(Debate), y ahora, que acaba de publicar en España "Torres de piedra"-centrado en otro duro conflicto: Chechenia-, da su punto de vista sobre el asesinato del terrorista más buscado del mundo.

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Entre 1992 y 2001, realizó diez viajes al corazón de un país destrozado por la guerra: Afganistán. Presenció las secuelas que dejó entre su población la contienda que durante años mantuvo con la Unión Soviética, entrevistó a los principales líderes y presenció la llegada de otros que cambiarían el curso de la historia. El polaco Wojciech Jagielski (1960) sigue esa estela de reporteros que aspiran a adentrarse en el territorio de la noticia y que, además de su experiencia, aporta a su información una fuerza narrativa incontestable.

-¿Qué opina de la muerte de Ben Laden?
-Aunque Osama Ben Laden no era un líder operacional de Al Qaida en los últimos años, creo que su muerte ha sido el hecho más importante en lo que se ha venido a llamar "guerra contra el terror", que ya dura unos diez años. Yo estaba sorprendido de que el hubiera podido ocultarse durante estos años. Esto prueba la debilidad de todos los servicios de inteligencia de todo el mundo. El hecho de que haya muerto de esta manera es una consecuencia de los hechos. Nunca pensé que pudiera ser capturado para que lo enjuiciaran como a Hussein o Milosevic. Era obvio que sólo su muerte detendría su trayectoria. Y eso fue exactamente lo que planeó para sí mismo. Aunque no era un hombre valiente, no era de la clase de combatientes que se inmolan en plena yihad.

-¿Cuáles van a ser las consecuencias inmediatas?
-La muerte de Ben Laden será un gran soplo de aire para sus partidarios y seguidores. Quizá no fuera un líder militar, pero era un "gurú"para ellos. Era el creador de Al Qaida, saudí y así fue aceptado por todos. Ahora será difícil sustituirle. No me sorprenderá si el terrorismo internacional, si nos centramos en la Yihad internacional, que Al Qaida quede más descentralizada y más concentrada en una red de terrorismo regional. Todavía será global, pero con unos intereses más locales y particulares que globales.

-¿Qué supone para Europa y Norteamérica?
-Para EE UU y los aliados occidentales, la muerte de Ben Laden puede ser un espléndido pretexto para proclamar una victoria contra el terror y empezar una retirada de las tropas de Afganistán. Para Afganistán será el comienzo de una guerra civil. Algo parecido a lo que ocurrió en 1992 después de la retirada soviética. La situación será más seria en este tiempo porque la muerte de Ben Laden podría crear conflictos entre Estados Unidos y Pakistán, y tras la retirada de Estados Unidos, Pakistán intentará derrocar el gobierno afgano instalado por ellos en Kabul.

-Cree que el Gobierno pakistaní ha estado ocultando a Ben Laden?
-No existen pruebas que demuestren que el Gobierno de Pakistán estuviera ayudando a Ben Laden. Pero también es complicado creerse que él pudiera ocultarse tantos años en un lugar como Abbottabad. Sólo podemos especular.

-¿Habría sido posible juzgar a Ben Laden en un corte internacional?
-Creo que habría sido posible. La manera en la que ha muerto ha sido -esperemos- su última victoria en esta guerra. El hecho de que haya sido asesinado no es un triunfo para la civilización occidental. Lo habría sido si hubiera sido capturado, juzgado y sentenciado.

-¿Podrán desarrollarse franquicias de Al Qaida que actúen separadamente?
-Con Osama, los comandos de Pakistán, Cachemira, Yemen, Iraq, Somalia y los combatientes chechenos empezaron a pensar globalmente. Instaba, en vez de luchar por la libertad en Chechenia y Cachemira, a que empezaran una yihad para consolidar un califato global de creyentes. Ahora se centrarán, otra vez, en sus propios conflictos locales.

-Menciona a Chechenia. En su último libro, habla de la islamización de esta zona. ¿Cree que la actitud de Rusia ha contribuido a ello?

-Las situaciones de conflicto y las guerras siempre contribuyen a radicalizar los puntos de vista de la gente. Rusia rechazó a todos los líderes chechenos que quisieron discutir pacíficamente. Invadió Chechenia dos veces, destruyó el país y mató a casi 250.000 personas. Así que, en efecto, privada de casi todo, el pueblo se vuelve hacia la religión, la última esperanza. Rusia está intentando retratar el conflicto del Cáucaso como su propia guerra con la denominada Al Qaida. Para igualar a los guerrilleros chechenos con Al Qaida por razones propagandísticas, el Kremlin minimiza el papel de la facción independentista y sobrestima el papel de los yijaidistas como la única fuerza capaz de luchar contra los rusos.

-¿Hasta qué punto Al Qaida y los grupos fundamentalistas islámicos están colaborando con los independentistas de esta región?
-Los guerrilleros caucásicos están divididos en dos grupos, uno, el checheno, que lucha por la independencia de Chechenia. Este movimiento fue representado por Aslan Maskhadov y ahora lo lidera Ahmad Zakayev, con base en Londres. El otro, encabezado por el presidente checheno Dokku Umarow, pretende la creación de un Emirato Caucásico y rechaza la idea de repúblicas caucásicas independientes. Los yijaidistas están apoyados por grupos islámicos radicales de Oriente Medio y Turquía. El año pasado se produjo una nueva escisión entre los guerrilleros. Un grupo de comandantes chechenos rechazó obedecer las órdenes de Umarov y la idea del Emirato Caucásico y decidieron que ellos lucharían sólo por la independencia de Chechenia. Eligieron a su propio emir, y Zakayev proclamó en Londres que él seguiría sus órdenes.

-¿La política de erradicación de Rusia está contribuyendo a radicalizar estos grupos?
-Yo no diría eso. En años recientes las fuerzas rusas han tenido mucho éxito matando y arrestando a muchos líderes caucásicos y debilitando a sus guerrilleros. Por otro lado, los viejos emires están siendo inmediatamente reemplazados por otros líderes más jóvenes e incluso más radicales. Buen ejemplo de esto podría ser Kabardino-Blakaria, donde el emir local Anzor Astamirov, muy influyente entre los yijaidistas caucásicos, fue asesinado el año pasado por los rusos. Fue sustituido por uno nuevo llamado Ratmir Shamayev, que quizá no es un líder de la misma calidad que Astamirov pero es mucho más radical.

-¿Por qué Europa y Estados Unidos miran hacia otro lado en este conflicto?
-Antes de nada, Occidente nunca ha estado de verdad interesado en los problemas del Cáucaso y considera esta área dentro de la esfera de influencia rusa. Tras el colapso de la Unión Soviética, Occidente se interesó más por la estabilidad de Rusia que por la libertad de las repúblicas soviéticas. Apoyó a Yeltsin incluso cuando éste hizo la guerra en Chechenia. La prioridad de Rusia, junto con la casi total ignorancia sobre el Cáucaso, son dos de las principales razones para el desinterés de Occidente por esta zona. Y ahora, claro, Occidente necesita la ayuda de Rusia en Afganistán y Oriente Medio. Los chechenos lo saben. Zakayev me dijo una vez que "Chechenia es una carta sencilla en el bridge". Así que tenemos que esperar hasta que nos convirtamos en una carta ganadora dentro del juego de cartas que Occidente sigue con Rusia''.

-¿Los atentados, como los últimos de Moscú, contribuyen a prolongar una mala imagen de este país?
-Los ataques terroristas comprometieron al movimiento rebelde checheno hace mucho tiempo, así como el vocabulario yijaidista utilizado por los emires. Es mucho más fácil ahora para el Kremlin equiparar el Occidente Caucásico y Al Qaida. El aislamiento y condena por parte de Occidente empujó a los rebeldes hacia los musulmanes radicales, su única fuente de ayuda financiera. Pero los ataques terroristas en Rusia están destrozando la imagen de este país y de su autocrático legislador, Putin, que no puede garantizar la seguridad de sus ciudadanos. Además, esto complica la preparación de Rusia para los Juegos Olímpicos de Invierno, que tendrán lugar en 2014 en Sochi, situado en la misma frontera con el Cáucaso, así como la World Cup 2016.

-¿Por qué las mujeres se han implicado en este contienda?
-Las viudas negras son normalmente mujeres que han perdido a sus padres, maridos o hijos en la Guerra. Están desesperadas, muy motivadas. No actúan espontáneamente sino que son utilizadas sólo como artefactos explosivos, todas las operaciones son planeadas por otros.

-¿Rusia está manipulando a la opinión pública occidental en este conflicto?
-Yo no diría que Rusia está manipulando a propósito a la opinión pública occidental. La verdad es que a los medios de comunicación occidentales no les interesa el Cáucaso y no prestan atención a los bombardeos que se suceden allí casi cada día. En cambio, cualquier ataque a Rusia ocupa portadas. Creo que los medios son responsables de esto, aunque Rusia no ayuda a los periodistas al restringirles sus viajes al Cáucaso.

-¿Qué es lo que pretende Moscú en estos momentos para la zona?
-Mantener el Cáucaso bajo la dominación rusa. La idea de Putin es forzar a los oligarcas rusos a invertir dinero en el Cáucaso, infraestructuras, industria, colegios,etc, para mejorar la economía y el nivel de vida. Esto minaría el apoyo civil a los guerrilleros y persuadiría a la gente de que permanecer al lado de Rusia favorece sus intereses.

-¿Cuál es la salida de este conflicto? ¿Hay posibilidad de un pacto o es militar?
-Se necesitan dos partes al menos para negociar. Hay que tener en cuenta que la actitud rusa hacia la posibilidad de negociar es muy débil. Igual de débil que el que los chechenos se rindan y frenen su rebeldía. La falta de estrategia ha hecho que el conflicto dure muchos años.

-A Anna Politkóvskaya, a quien menciona, la asesinaron en Rusia. Algunos dicen que fue por denunciar la crueldad del ejército soviético. ¿Cuál es su opinión?
-Esta es una cuestión muy seria para especular. Una cosa es obvia: los viajes de Anna a Chechenia y sus artículos le crearon muchos enemigos entre los oficiales rusos y los líderes chechenos prorrusos de Grozni.