Psiquiatría

Esther Querub: «Hay que saber envejecer con dignidad»

A Esther Querub y a Esther Benarroch les une su pasión por la medicina estética. Su compromiso con esta disciplina médica basada en las técnicas más revolucionarias y exclusivas lo plasman cada día en su trabajo. Como prueba de ello, han conseguido que nada más entrar en el centro se respire un ambiente agradable y de tranquilidad. Gracias a su profesionalidad y buen hacer se han ganado la confianza y la fidelidad de todos sus pacientes.

«Hay que saber envejecer con dignidad»
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Con veinte años de experiencia sobre sus espaldas, la doctora Esther Querub ha conseguido hacer del centro de medicina estética que lleva su nombre un espacio en el que el compromiso con los pacientes y la calidad de los tratamientos emergen como su seña de identidad. Las técnicas más revolucionarias y la tecnología de última generación, pero siempre de manera personalizada y adaptada a las necesidades de cada persona, son el objetivo que persigue día a día la doctora Querub junto a su socia, la farmacéutica Esther Benarroch. El amplio abanico de tratamientos que ofertan no sólo es capaz de resolver un gran número de cuestiones médico-estéticas, sino que, además, cuenta con el mejor aval: «Probamos todo lo que después vamos a aplicar a nuestros pacientes».

-¿Cuáles son las líneas de tratamiento y cómo las adaptan a cada paciente?

-Cada vez que llega una paciente le hacemos una historia clínica y la tratamos de manera integral. Considero que la estética está muy relacionada con la salud en general y, después, lo complementamos con la homeopatía. El paciente echa en falta en muchos sitios la personalización y, de hecho, a veces hago más de psicólogo que de médico. Aunque la persona quiera mantenerse joven y bien, siempre tiene algún problema y el simple hecho de que la escuches, unido a los tratamientos, hace que el paciente salga del centro con otra cara y se sienta mejor.

-¿De qué manera se complementa todo esto con la homeopatía?

-Aplico lo que estudié en homeopatía a la medicina estética y me he dado cuenta de que se complementan en todos los ámbitos, a nivel de piel, estrés, ansiedad, menopausia…y otras alteraciones funcionales, lo que a veces la medicina tradicional no puede solucionar. Por ello, tengo que conocer a la persona de forma psicológica, ver su pasado, su presente, sus síntomas y buscar a qué medicamento es sensible para tratarla. Además, contamos con una profesora de homeopatía en nuestro centro que aplica la biorresonancia, que consiste en regular a nivel bioenergético los problemas de salud, como mujeres que no se quedan embarazadas, bloqueos a nivel de regla, fibromialgia, osteoporosis y depresiones,entre otros.

-¿Cómo ha conseguido adaptarse a la evolución tan fuerte que ha sufrido la estética en los últimos años?

-La evolución más grande la vimos en los primeros años porque todo era nuevo en
cuestión de productos, aparatos, como el láser, la radiofrecuencia para reafirmar, la «endermologie» para la celulitis, los peelings químicos, los rellenos… Aunque para mí, la reina sigue siendo la tradicional mesoterapia, tanto en corporal como en facial, que ha cumplido 52 años, y donde la evolución la vemos en los cócteles que utilizamos.

-En su centro dan mucha importancia a la nutrición. ¿Qué protocolo siguen cuando una persona quiere perder peso?

-Aunque nos hizo falta especializarnos y tuvimos que hacer un máster en Nutrición en la Universidad de Navarra, hacemos dietas personalizadas, pero para mí es importantísimo ver a la paciente una vez a la semana, especialmente a la mujer, porque su fisiología es muy cambiante. Aquí contamos con un psicólogo y nutricionista, David Berniger que emplea la terapia bioenergética, el Método «Ankshu» o ayunoterapia, que consigue adormecer al estómago y aumentar el metabolismo a la vez que desintoxica al organismo, tanto a nivel del hígado como del riñón, lo que facilita la perdida de peso, hasta medio kilo al día en las mujeres y 800 gramos en los hombres. Esta dieta permite hacer una vida normal, no tiene efectos secundarios y la persona experimenta una energía extraordinaria. Es un método pionero en nuestra clínica y está teniendo mucho éxito. El problema es que todavía se le da poca importancia a la nutrición y es un pilar fundamental en los tratamientos antiaging. De hecho, en el último congreso y según las últimas investigaciones, la reducción de peso disminuye los problemas cardiovasculares y la aparición de cáncer. Incluso, reduce en un cien por cien el riesgo de padecer síndrome metabólico y diabetes en ratones.

-¿Las expectativas que persiguen las pacientes no están, en ocasiones, alejadas de la realidad?

-Uno tiene que aprender a envejecer bien y con dignidad. De hecho, el antiaging persigue que la persona viva el mayor número de años posible y en las mejores condiciones físicas y mentales. En el caso del bótox, por ejemplo, siempre busco la naturalidad e intento que al paciente le vean más joven y favorecido, con más luz en la cara, pero que no se note que se ha aumentado los labios o rellenado las arrugas. Cuando acuden a este centro les pregunto por qué lo han escogido, y siempre responden que es porque de este centro sale gente «natural».

-Cada vez hay más aparatos en todos los tratamientos. ¿No cree que se está perdiendo el trabajo manual?

-Se complementan. Los aparatos van donde lo manual no llega y, por ejemplo, el láser ha supuesto una revolución estética más allá de eliminar el vello. Sin embargo, nunca renunciaremos a los beneficios de los tratamientos manuales que resultan tan efectivos como agradables.