París
Galliano el ángel caído de Dior
Hasta ahora eran conocidas sus excentricidades, pero sólo sobre la pasarela. Desde ayer, John Galliano ha demostrado que también puede perder los papeles, no sólo en la escena, sino también en plena calle. Hasta el punto de tener que pasar la madrugada en comisaría.
Y ya no tanto por sus extravagancias artísticas sino por sus derrapes verbales, presuntamente de carácter racista, que le han valido de paso la suspensión temporal de sus funciones al frente de la dirección artística de Dior. Sin motivo aparente, el diseñador arremetió virulentamente en la noche del jueves contra una pareja de jóvenes –ella judía y él de origen asiático– contra quienes supuestamente profirió en inglés una retahíla de insultos de índole antisemita. Perlas del tipo: «Sucia cara de judía, deberías estás muerta» y «Puto bastardo asiático, te voy a matar», a decir de los injuriados en una entrevista que ayer concedieron a la radio gala Europe 1. Según la Policía, el estilista británico, en aparente estado de embriaguez, también zarandeó a la mujer que, al igual que su compañero, visiblemente afectados, interpusieron sendas denuncias inmediatamente después del arresto del creador.
Al parecer, la pareja ocupaba una mesa vecina a la de Galliano en la terraza del conocido café «La Perle», uno de los bares más «trendy» del Marais parisino –barrio habitado históricamente por la comunidad judía– y a escasos metros del domicilio del modisto, cliente habitual de este establecimiento, que estaba en plena efervescencia en el momento en el que se produjo la reyerta.
Su fama no evitó que el estilista gibraltareño, de 50 años, de padre inglés y madre española, fuese conducido a comisaría donde fue interrogado, pero sí que dicho trance se acortara, puesto que apenas unas horas después quedaba en libertad por una inusual orden de la Fiscalía. Pese a todo, Galliano por boca de su abogado desmintió ayer todas las acusaciones de antisemitismo que se le imputan. «Hubo un altercado, el señor Galliano fue agredido verbalmente, pero en ningún momento pronunció tales insultos y tenemos testimonios en este sentido», argüía el letrado, que aseguró que su cliente, que cuenta a su vez con llevar a los tribunales a sus denunciantes, se explicará «más adelante».
En estado de embriaguez
El estado de ebriedad que mostraba podría explicar en parte el acaloramiento verbal y los despropósitos vertidos. Los análisis que se le practicaron en dependencias policiales revelaron una tasa de 1,1 miligramos de alcohol por litro de aire respirado, aunque no se conoce por el momento si le fueron efectuadas pruebas toxicológicas. Eso sí, tras su paso por comisaría fue trasladado a un hospital para un breve chequeo antes de que su paciente chófer lo llevara de vuelta a casa.
En cualquier caso, la polémica está servida, y en el microcosmos de la moda se ha convertido ya en el chascarrillo más comentado, a sólo unos días de que arranquen en París, este martes, los desfiles del prêt-à-porter para el próximo otoño-invierno. De hecho, la casa Dior aún no había decidido ayer si mantendrá el desfile previsto el 4 de marzo en el Museo Rodin, y concebido por Galliano, o si, dadas las circunstancias, lo anulará sine die.
De momento, y como medida preventiva, el diseñador, que desde 1996 dirige y crea las dos líneas femeninas, alta costura y prêt-à-porter, de la prestigiosa marca de moda, ha sido apartado de sus responsabilidades hasta que no se conozcan las conclusiones de las pesquisas policiales en curso. «La Maison Dior afirma con gran firmeza su política de tolerancia cero respecto a todo comentario o actitud antisemita o racista. A la espera de los resultados de la investigación, Christian Dior ha suspendido a John Galliano en sus funciones», declaró ayer en un escueto comunicado el director de la firma, Sidney Toledano.
Sin embargo, los testimonios hechos públicos ayer por la Prensa de las personas que presenciaron la refriega juegan a favor de Galliano, y su provisional suspensión no tendría por qué significar un próximo cese definitivo de la colaboración con la marca propiedad de Bernard Arnault, dueño de LVMH, el número uno del lujo mundial.
Según la revista alemana «Sleek», especializada en moda, algunos testigos afirman que la discusión se desató cuando el propio Galliano, ligeramente achispado, trató de entablar conversación con la pareja que, lejos de reconocerle, lo confundió con un vagabundo, y para alejarlo le dedicaron varios insultos. Una provocación a la que Galliano habría respondido violentamente. «Cierra tu boca, sucia puta» replicó, según otras declaraciones, antes de concluir: «Yo soy el creador John Galliano».
Si los delitos de «injurias racistas y antisemitas», así como el de «violencia menor», se demuestran, el diseñador, una de las principales referencias actualmente en el universo de la moda, no sólo a las riendas creativas de Dior sino al frente de su propia marca, podría exponerse a una condena de hasta seis meses de prisión y 22.500 euros de multa.
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