Lolita y Charo Vega no se hablan por Jesús Mariñas

La guapísima nieta de Pastora Imperio ha heredado su postura casi aristocrática. Posee una buena mezcla racial con distinción y malicia sobresalientes. Su amistad con Lolita está enturbiada porque Charo descubrió en los platós la hasta ahora sólo supuesta relación entre su amiga y el donjuán Fran Rivera. Es un torero de los que no marcarán época, como no sea por sus inacabables conquistas, igual que en los tiempos en que era duque consorte de Montoro.

Tras ser confirmada por Charo aquella pasión de escaso tiempo, la hija mayor de Lola Flores pareció entender los motivos económicos que movían a su casi hermana del alma. Con Carmen Ordóñez compusieron un trío único y rompedor que lo avasallaba todo. Lolita era la más tímida, pero tampoco dejaba títere con cabeza. Iba a por todos y las demás se quedaban pasmadas ante su atrevimiento. «Desde mi última intervención en ‘‘DEC'' no logro contactar con ella. La llamo sin respuesta y tampoco responde a los mensajes. ¿Estará molesta? Ya se le pasará», comenta Charo Vega, aunque algún desconfiado mal piensa que también puede ser una estrategia para tener mayor impacto en una posible reaparición televisiva de Lolita. Siempre recordaré lo que Carmina y ella montaron en tiempos con una zaragata similar poniéndose a caldo en «¡Hola!».

Cuando todos pensábamos en un ruptura de tan estrecha relación, coincidí en Buenos Aires con Lolita en el Hotel de las Américas, con Nati Mistral de testigo. Fuimos a cenar junto a Furiase y los Pimpinela y, al hablar sobre el enredo entre ellas, apareció un enviado especial de esa revista.

Era J. A. Olivar y venía con la publicación bajo el brazo «para que repliques a tu intimidísima», dijo. Se trataba de un enfado montado. Me quedé estupefacto. Charo, a fin de cuentas, sólo confirmó la noticia que muchos sabían, y no deja de ser una condecoración honrosa y envidiada de la que presumir.

Como también pueden hacerlo los que disfrutaron del viaje a Londres con Porcelanosa. Y quienes se consideran marginadas por no haber ido ahora andan rabiosas al conocer los detalles de la comitiva formada por Isak Andic, dueño de Mango, y Luis Alfonso de Borbón. Me aseguran que su madre, Carmen-Martínez Bordiú, está bien fastidiada porque su aparentemente leal Tomás Terry descuidó convocarla para que no coincidiera con su hijo. Inexplicable. O no tanto, son así de enredadores.