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De la boca a las rodillas

La Razón
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MADRID- Nadal tiene 26 años, pero la edad de algunas de sus articulaciones no coincide con la que refleja su DNI. Ocho temporadas rozando los 100 partidos anuales y un estilo de juego marcadamente físico han provocado a Rafa una tendinitis crónica en ambas rodillas. Las molestias en la izquierda le han obligado a renunciar a los Juegos de Londres.
Desde hace dos años, Nadal se ha convertido en un habitual de la Clínica USP La Esperanza de Vitoria. Es su particular taller de reparaciones. En este centro se trata de la tendinitis crónica a base de inyecciones ricas en factores de crecimiento. La solución es temporal porque las molestias no cesan. Esta temporada comenzaron en marzo, en el segundo Masters 1.000 de la temporada en Miami. Renunció a la semifinal ante Murray para no poner en peligro la temporada sobre tierra. El tratamiento bastó para que refrendara su dominio sobre tierra batida.
Pero el origen de los problemas sigue sin estar claro. Por eso en su última visita a la clínica vitoriana le hicieron pruebas en la dentadura. Es un recurso habitual para encontrar explicaciones para dolencias en otras partes del cuerpo. Se trataba de buscar el motivo de las molestias que le asolan desde 2005, pero sigue sin estar claro.
Después de la derrota ante Rosol en la segunda ronda de Wimbledon, llegó la última visita el pasado 10 de julio. Rafa siguió entrenándose y haciendo trabajo de gimnasio con vistas a los Juegos. Las dudas permanecían y por eso se vio obligado a suspender el partido benéfico que tenía previsto disputar con Djokovic en el Santiago Bernabéu. Su presencia en la elección del abanderado olímpico el pasado sábado parecía despejar las dudas... Hasta ayer, cuando se vio obligado a adoptar una de las decisiones más duras de su vida.
El futuro inmediato pasa por culminar la recuperación de las molestias y prepararse para la temporada norteamericana en pista rápida, que concluye con el Abierto de Estados Unidos. Luego podrían llegar las semifinales de la Davis, la gira asiática, los últimos Masters 1.000, la final de la Davis, el torneo de Maestros... Si las rodillas lo permiten.