Aranjuez

El testimonio: «Me despertaron los gritos de auxilio»

De esta manera se enteró María, una vecina de la calle Almíbar de Aranjuez, del incendio que quemó parte del edificio de enfrente de su casa. «Estaba durmiendo y sobre las 05:20 horas escuché gritos de diferentes voces que pedían ayuda. Pensaba que estaba soñando, pero me levanté y abrí la ventana de mi cuarto. Empecé a ver humo muy negro y gente muy asustada que agitaba los brazos desde los balcones», afirma María, quien asegura que nunca había vivido algo así.

 
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Almíbar es una de las calles de la localidad madrileña donde mayor concentración de pubs y bares hay. Al originarse el incendio sobre las 05:00 horas, numerosos jóvenes finalizaban su jornada nocturna y se disponían a volver a sus casas. Éstos fueron de los primeros que alertaron de que el edificio ardía.

«No se veía nada por el humo»

«Había muchísimo humo y no sabíamos cuántos vecinos había dentro, porque el humo negro impedía que viéramos más allá de la barandilla del balcón. Sólo se oían los gritos de auxilio», relata un joven. «Algunos chavales se subieron al balcón para intentar ayudar al matrimonio sudamericano que posteriormente saltaría a la calle», dice Gonzalo, vecino que presenció todo lo que ocurrió desde su balcón, «pero la Policía les alertó de que era peligroso», añadió.

Todos ellos «salieron con lo puesto». La mujer de Gonzalo prestó unas zapatillas a una mujer que tuvo que ser atendida tras ser rescatada desde la ventana por los bomberos, junto a su bebé de diez meses. «Estaba demasiado nerviosa y no sabía ni que estaba descalza», afirma el mismo Gonzalo.
Y es que el sábado por la noche fueron pocos los que durmieron en la calle Almíbar pasadas las cinco de la mañana.

Es una calle pequeña, donde los vecinos se conocen y se prestan ayuda. Por eso, ayer, a ninguno de los afectados les faltó nada. El incendio y todos sus detalles y consecuencias fue el tema de conversación durante todo el día en Aranjuez. En bares, plazas y bancos los ribereños ponían cara a las ocho personas que tuvieron que ser atendidas. Todos ellos, menos el matrimonio sudamericano del 1ºB, fueron dados de alta durante la tarde y ya descansan en viviendas de familiares.