Un estudio duda de que la Junta cumpla con la contención del gasto

Esas son las previsiones del gabinete de estudios del BBVA, que presentó ayer en Sevilla su informe semestral «Situación Andalucía». En 2012, el panorama cambiará y el ritmo podría ser incluso superior a la media nacional.
El presidente José Antonio Griñán vaticinó el pasado martes la recuperación: «Las medidas de activación económica han comenzado a dar el resultado esperado y los indicadores económicos aunque débiles, muestran con claridad la recuperación del proceso de crecimiento en Andalucía», dijo. Un día después, los economistas del BBVA no se mostraron tan optimistas.
La previsión del informe es que la región crezca este año un 0,6 por ciento del PIB, menos de la mitad de lo que mantiene el Ejecutivo andaluz, que estima en el Presupuesto que el crecimiento será del 1,3. Lo reflejan los economistas que han hecho el informe: «La Junta de Andalucía contemplaba un escenario de crecimiento económico relativamente optimista tanto para 2010 como para 2011», recuerdan. El año pasado no se cumplió y para este año recomiendan «redoblar los esfuerzos de contención del gasto». Y lanzan un severo aviso sobre el cumplimiento del déficit, que no puede superar el 1,3 por ciento del PIB: «Podrían ser necesarios esfuerzos adicionales». De hecho, los datos de ejecución del primer trimestre «no parecen confirmar esta tendencia de consolidación fiscal». Los gastos no financieros se han incrementado un 16 por ciento y los ingresos sólo un uno.
De la lectura del trabajo se deduce que habrá recuperación pero más lenta de lo previsto: «La economía andaluza va en línea con una lenta recuperación centrada en el impulso de la demanda externa. La demanda interna continúa mostrando problemas estructurales relacionados especialmente con el mercado laboral y el endeudamiento de las familias que pueden generar un sesgo negativo en relación con la evolución del conjunto nacional», señala el informe. La conclusión es que «este sesgo negativo intensifica nuestra idea de una recuperación más débil para la economía regional en relación a la economía española en el conjunto de 2011».
Con casi 1.187.600 personas desempleadas y una tasa de paro del 29,68 por ciento –la más alta de España–, es evidente que el mercado laboral es la «principal debilidad de la economía andaluza». Y aporta un dato: la tasa de cobertura –el número de parados que reciben prestación por desempleo en relación con los inscritos en el INEM– «sigue bajando». Es decir, cada vez hay más familias sin ingresos. Además del drama social, desde el punto de vista económico perjudica al consumo interno.
Las perspectivas es que se cree empleo al final del año, pero muy poco. En 2011, mejorará la tendencia pero el diferencial con la media española seguirá siendo grande.
Los dos aspectos positivos son el dinamismo del sector exterior y el turismo. Aunque con matices. En el primer caso, hay un problema: el escaso valor añadido de las exportaciones y la limitada apertura a nuevos mercados. El grado de apertura de la economía andaluza es del 29,1 por ciento, diez puntos por debajo que la media nacional. El segundo se ha beneficiado por las inestabilidad política que atraviesan los países del Magreb.