La UE propone ligar productividad a salarios ante los miedos de España

En la picota se quedó así nuestro país, hasta ahora uno de los más afeados por Bruselas por su baja productividad, y en la diana de los planes de la canciller, Angela Merkel, por vincular salarios e inflación. Sin embargo, la secretaria de Estado de Empleo, Mari Luz Rodríguez, defendió ayer que nuestro país no sólo incluye inflación, sino que también tiene en cuenta la productividad a la hora de fijar las nóminas. Palabras que resultan chocantes por cuanto las ganancias de productividad en España (un 2% más en el último trimestre de 2010) no se están trasladando a los salarios, que sin embargo cayeron ligeramente.

Aún así la secretaria de Estado rescató el acuerdo de febrero del pasado año entre empresarios y sindicatos, para defender que junto a la parte vinculada a la inflación, «esencial» para mantener el poder adquisitivo y así dinamizar el consumo, también hay otro componente de los salarios «expresamente» vinculado a los incrementos de la productividad.
Rodríguez subrayó así la «moderación salarial» que practica España, con subidas de entre el 1 y el 2% para este año, fruto de un acuerdo alcanzado con los agentes sociales.

En el Consejo de Empleo, los ministros europeos aprobaron que la UE debe respaldar «costes laborales en línea con la productividad laboral y compatibles con bajos niveles de inflación, y respetar el papel de los agentes sociales en la fijación de salarios». Pero los sindicados descartan radicalmente las pretensiones del Gobierno y de Bruselas de ligar salarios a productividad. El secretario general de UGT, Cándido Méndez, afirmaba hace unos días que si el Gobierno «pretende utilizar la productividad para recortar salarios que con nosotros no cuenten». Méndez recordó que, en España, el modelo de determinación salarial «ya tiene en cuenta la productividad, que es lo que utilizan como pretexto, y junto a la productividad tenemos la previsión de inflación y la claúsula de revisión salarial». En conclusión, UGT considera arriesgado ligar los salarios a la productividad. Y es que en España las ganancias de productividad (un 2% más en el último trimestre de 2010) no se están trasladando a los salarios, que caen ligeramente.

Este viernes, los líderes de la UE discutirán un nuevo pacto de competitividad para Europa, donde este asunto estará sobre la mesa. A pesar de la oposición de Bélgica y Luxemburgo a eliminar la indexación que ellos también practican y que sugiere Alemania, lo que pocos niegan es que la productividad terminará por ser un factor en la fijación de salarios, tal y como también defiende la Comisión Europea. De hecho, dentro del paquete legislativo de gobernanza económica que ultima la UE durante este semestre, se incluyen una serie de indicadores para medir la situación macroeconómica de los socios, entre los que se baraja la productividad laboral, con sanciones para los Estados miembros que no corrijan sus desequilibrios. Durante la pasada cumbre, el presidente José Luis Rodríguez Zapatero defendió la «flexibilidad» a la hora de acordar las retribuciones.


Así se hace en Europa
REINO UNIDO
El llamado Consumer Prices Index (RPI) o indicador de precios minoristas –que incluye aspectos que no figuran en el IPC– es el que se utiliza en las negociaciones salariales con los sindicatos.

ITALIA
Las actualizaciones salariales anuales de los trabajadores hace años que no se realizan de acuerdo con la inflación. Cada empleado negocia con la empresa la cuantía de la subida de su sueldo.

FRANCIA
El aumento del salario mínimo interprofesional (SMI) está ligado a la inflación. Las empresas lo utilizan en general como referencia para actualizar sus tablas salariales.

ESPAÑA
El Gobierno fija en los Presupuestos Generales del Estado el porcentaje oficial de inflación para actualizar los salarios, siempre que el convenio colectivo de cada empresa no diga otra cosa.

ALEMANIA
En Alemania, país del que parte la propuesta, los salarios van ligados a la productividad del sector de la economía en el que trabaja cada empresa.