Israel

Emboscada mortal contra Israel

La ONU confirma que los soldados hebreos estaban en su territorio cuando fueron atacados por francotiradores libaneses. Netanyahu pide a la ONU una investigación

Familiares del teniente coronel del Ejército israelí Dov Harari lloran durante el funeral del militar asesinado, ayer, en la ciudad de Netanya
Familiares del teniente coronel del Ejército israelí Dov Harari lloran durante el funeral del militar asesinado, ayer, en la ciudad de Netanyalarazon

JERUSALÉN- Israel no pisó territorio enemigo para realizar la poda de árboles que desembocó el martes en un choque con cinco víctimas mortales: un alto oficial israelí, tres soldados libaneses y un periodista. Así lo confirmó ayer la fuerza de Naciones Unidas desplegada en la frontera de Líbano, FINUL, encargada de mantener la seguridad en el límite entre ambos países.

«El anuncio de Naciones Unidas corrobora claramente la versión israelí de los hechos. La actividad rutinaria se realizó completamente al sur de la frontera –en el lado israelí– y el Ejército libanés abrió fuego sin que hubiera provocación o justificación alguna», decía ayer un comunicado emitido por el Gabinete del primer ministro, Benjamin Netanyahu, que estuvo reunido durante toda la mañana con su Consejo de Seguridad para analizar el choque en la frontera con Líbano. Y es que el incidente del martes estuvo a punto de convertirse en la chispa que incendiara definitivamente la región, cuya frágil estabilidad ya estaba comprometida en los últimos días por los repetidos ataques con cohetes de fabricación iraní desde Gaza y el Sinaí.

La prensa israelí hablaba ayer de una «emboscada» de Líbano, un término que también han utilizado algunos altos mandos del Ejército para describir lo sucedido al norte del país. Según la reconstrucción de los hechos que hace la prensa local, a las 6 de la mañana del martes, los oficiales israelíes pidieron permiso a FINUL para podar una vegetación que dificultaba la visibilidad en una zona entre la «línea azul» (que marca la frontera entre ambos países acordada por la ONU) y la verja israelí. Según el diario «Maariv», que cita a una fuente del Ejército, los oficiales de la ONU pidieron a Israel que retrasara la tarea 48 horas, hasta que regresara el comandante de FINUL al mando de la zona –probablemente por temor a un altercado– «pero viendo que se trataba de territorio soberano israelí [entre la valla de seguridad y la «Línea Azul»] y que era un trabajo rutinario, no vimos ninguna razón para aceptar el aplazamiento», añade la fuente.

Lo que sí aceptó Israel es retrasar la tarea hasta las 11 de la mañana. En esta horquilla de tiempo, las fuerzas de Naciones Unidas, tal y como tienen por costumbre, informaron a Líbano de la acción de Israel. Es en este margen cuando, siempre según la radio pública israelí, Líbano aprovechó para preparar la emboscada. Prueba de ello es que incluso invitó a periodistas a la zona (uno de los cuales falleció en el enfrentamiento). Este extremo lo negaba ayer por la tarde el ministro de Defensa, Ehud Barak, que cree que el incidente «aparentemente no estaba planeado», y también recalcó que Hizbulá no estaba implicado.

Israel ha presentado una queja formal a Naciones Unidas para que emprenda su propia investigación e impida futuros ataques. Mientras, el comandante en jefe de la FINUL, el general español Alberto Asarta Cuevas, se reunía en la tarde de ayer con representantes de los ejércitos israelí y libanés en su sede de Nakura (Líbano), en un intento de superar la crisis desatada, informa Efe. No es el único problema con el que tendrá que lidiar Israel estos días. Mañana, los organizadores de la flotilla libanesa que pretende romper el bloqueo de Gaza han convocado una rueda de prensa para explicar sus planes.