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OPINIÓN: El empleo es la solución

La Razón
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El déficit de las finanzas públicas es consecuencia de la crisis y no al revés. La raíz de los desequilibrios de los presupuestos públicos hay que encontrarla en el descenso de la actividad económica y no en la existencia de un sector público sobredimensionado, en términos europeos.
A pesar de ello, y como si el déficit fuera el fundamental responsable de la crisis, la lucha contra él se nos presenta como el único mecanismo para superarla. La realidad es muy diferente a ese discurso.
Tras el primer ejercicio completo en el que se han aplicado las políticas de ajuste sin contrapesarlas con las destinadas a la reactivación económica, el resultado es una nueva recesión. Si hasta mayo de 2010, con una política que combinaba rigor presupuestario y medidas de estímulo, se apuntaba un ligerísimo repunte en la creación de empleo; la política de austeridad presupuestaria, drástica y rápida, propiciada en Europa ha conllevado más destrucción de empleo y más creación de paro que en el año anterior.
Sin creación de empleo no hay consolidación fiscal posible. Subir los impuestos puede ser necesario, pero no suficiente. Hoy, para crear empleo hace falta recuperar la circulación del crédito y medidas de estimulo. Y ahí está el problema, no se ven y las que se conocen no apuntan en una esa dirección. Favorecer la competitividad en base a salarios bajos, congelando el SMI, en lugar de favorecer la I+D+I, que ve recortada su inversión, o favorecer la rebaja de los coste del despido en lugar de promocionar la flexibilidad interna, no es la manera para salir de la crisis, sino para revivir lo que nos ha traído hasta aquí.