África

Nueva York

EE UU y Europa no quieren perder influencia

La Razón
La RazónLa Razón

EE UU, Reino Unido y Francia, las principales potencias occidentales que dieron su respaldo a la intervención de la OTAN en Libia, se preparan para establecer un nuevo marco de relaciones con el país tras Gadafi. Ninguna de las tres potencias quiere perder su capacidad de influencia en este Estado floreciente, pero permanecen cautos a la espera de los cambios. El Consejo Nacional de Seguridad de la Casa Blanca ha medido al milímetro sus movimientos con Libia. Washington acogió ayer con frialdad la proclamación de un Estado islámico y la implantación de la «Sharia», cuyas interpretaciones se utilizan a veces para justificar el trato cruel a las mujeres y la violación de derechos humanos. Queda saber si seguirán a la escuela de Hanbali, una de las más estrictas en la que creen los talibanes o la de Hanafi, dominante entre los suníes de Egipto, India o China. Existe el riesgo de que EE UU haya dejado de tratar con Gadafi, conocido por sus excentricidades, para hacerlo con un Gobierno inexperto que apuesta por una identidad islamista.