Mariano Rajoy
La fuerza serena por Jorge FERNÁNDEZ
Mariano Rajoy es un hombre que en su relación con los demás, ya sean amigos, colaboradores, conocidos o adversarios políticos, aplica una máxima que personalmente he escuchado de él en diversas ocasiones. Y sobre todo, que le veo actuar en la vida en coherencia con ella: «tratar a los demás con el mismo respeto con el que nos gustaría que nos trataran a nosotros». He querido empezar esta reflexión sobre la persona y figura política de Rajoy así, porque creo que le respeto, y es especialmente importante en las relaciones humanas y condición necesaria para fundamentar una connivencia civilizada y democrática. En definitiva, para construir una sociedad digna. En esta hora de España, en donde la falta de credibilidad y de confianza hacia la política, los políticos y las instituciones está alcanzando cotas alarmantes, es para mí digno de destacar que en estos momentos tiene muchas papeletas para ser el próximo presidente del Gobierno de España un hombre para el que el respeto sea una de sus virtudes más acrisoladas.
Mariano Rajoy es un hombre trabajador –sí, muy trabajador–, lo que es compatible con ser un gran fumador de puros, profundamente familiar, amigo de sus amigos, discreto y prudente hasta el límite, paciente y que además tiene a mi juicio otra gran virtud: la de saber escuchar. Por supuesto que tiene una idea de España en la cabeza y en el corazón así como una amplísima experiencia política. Por si todo lo anterior fuera poco, que no lo es, añade a su biografía algo que modestamente yo valoro en gran medida: ha sufrido mucho en la política, especialmente en estos últimos siete años. En el ámbito partidario porque ha tenido que superar desde la amarga derrota de marzo de 2004 un auténtica carrera de obstáculos donde en cada uno de ellos, al parecer, se jugaba su carrera. Y ha podido percibir de cerca la fragilidad de la convicción humana. Gracias a Dios no es hombre de rencores sino de olvidos y de generosidad. Es gallego y ejerce como tal, entendiendo que para mí eso es para un político una virtud extraordinaria.
Jorge Fernández
Vicepresidente tercero del Congreso de los Diputados y miembro de la Ejecutiva del PP
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