Andalucía
Gentes y agentes (sociales)
Puede que los sindicatos de clase posean algunas razones para la huelga general de pasado mañana y que también alberguen temores fundados ante una eventual reforma del sistema de pensiones. Además, no comparto la cacería indiscriminada que en las últimas semanas se está empleando contra las organizaciones sindicales, las cuales, aún no estando exentas de faltas, pecados y algún chiquilicuatre, tienen atribuida una función reconocida constitucionalmente.
Ahora bien, ¿qué haremos las gentes ante esta convocatoria de estos agentes sociales? Porque son los mismos que han callado tolerando pérdidas sin fondo y mala gestión en muchas industrias, véase astilleros.
Son estos sindicatos los que en el quinquenio de bonanza 2003-2008 miraron para otro lado cuando muchos trabajadores sufrían el mileurismo y la precariedad. Sin ir más lejos, aquí en Andalucía, hemos estado más de un año comprobando cómo, cogidos de la mano, Pastrana y Carbonero iban junto al patrón de patronos Santiago Herrero pregonando por pueblos y ciudades cual si fueran ucases de la Junta las bondades de una concertación social que sólo ellos sabrán lo que significa en una tierra con un millón de parados. Y lo más importante, que como agentes sociales sentados a la mesa de todos los estudios e invitados en los banquetes de todas las prospecciones jamás se les ha oído sin embargo por dónde deberían ir las necesarias reformas para una economía como la española que adolece desde hace lustros de graves desequilibrios y déficit estructurales desde la balanza de pagos a la economía sumergida.
Por tanto, bien está este llamamiento ante un nuevo zarandeo al derecho laboral con indudable riesgo para las clases asalariadas, pero que no olviden los sindicatos que si quieren que nos lo tomemos en serio la próxima vez que pidan que tiremos huevos no sea tras muchos años de estar ellos pasteleando.
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