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El «boom» ya es historia

Vargas Llosa concluyó así su intervención en el encuentro, que inauguraron los Príncipes de Asturias, sobre la repercusión del fenómeno literario para España e Iberoamérica

50 AÑOS DESPUÉS. El escritor peruano estuvo acompañado por Don Felipe y Doña Letizia en el acto celebrado en la Casa de América de Madrid
50 AÑOS DESPUÉS. El escritor peruano estuvo acompañado por Don Felipe y Doña Letizia en el acto celebrado en la Casa de América de Madridlarazon

No es sólo una conmemoración, una celebración de aquella generación que asombró al mundo, no sólo al hispanohablante, con una novelística inaudita, con un territorio verbal innominado entonces y al que se le bautizó posteriormente con el nombre de «boom», que es una onomatopeya sin paternidad ni autoría clara, aunque con alguna pretendida reclamación. Este homenaje a aquella eclosión de escritores extraordinarios, como Mario Vagas Llosa, Gabriel García Márquez, Julio Cortázar y Carlos Fuentes, entre otros, que derribaron la distancia transatlántica que separaba América Latina y España, es también una conjunción oportuna que, con el pretexto de hablar de esos narradores, ha reunido a los nuevos autores iberoamericanos o, al menos, a un puñado de los talentos que ahora están escribiendo los clásicos que se leen/leerán mañana.

El congreso de «El canon del "boom"», que acoge la Casa de América con el apoyo de Acción Cultural Española, es una cita de novelistas de hoy para conversar sobre los gigantes de ayer. Y fue uno de ellos, el autor de «La ciudad y los perros», quien inauguró ayer esta cita, en presencia de los Príncipes de Asturias, con una conferencia improvisada. Una intervención, en ocasiones divertida, plagada de anécdotas, y en otras, reflexiva, en la que glosó a los grandes protagonistas de ese fenómeno literario. Una semblanza donde el autor de «Conversación en la catedral» repasaba el encuentro con aquellos que fueron amigos y, también, lo que acabó distanciándolos con la misma inevitabilidad con la que fueron unidos las letras. «Soy uno de los pocos supervivientes del ‘‘boom'' –afirmó al comienzo–. Es angustioso, pero también me hace sentir privilegiado. Me permite hablar con perspectiva sobre un movimiento del que fui participe y traer el recuerdo de una serie de escritores que han sido importantísimos para nuestra lengua y para mí». En una charla dilatada, con el único escenario de un atril, Vargas Llosa subrayó los méritos de esos autores. Señaló que gracias a su irrupción, Europa descubrió que Iberoamérica no «producía sólo dictadores, charros, mambos, sino también buena literatura, y que podía ser leída desde otras lenguas y culturas. Fue un descubrimiento que se hizo fuera de América Latina. Primero en París y luego, en Barcelona. Entonces, estos narradores comienzan a ser editados y leídos. El "boom"salta en ese momento a América, que comienza a descubrir a sus narradores, que llevaban una vida marginal. Los latinoamericanos comenzamos a sentirnos latinoamericanos gracias al "boom". Ése fue mi caso, al menos. Me formé como otros escritores de mi generación, leyendo traducciones de novelistas americanos y europeos. Nací sin conocer la narrativa de los países vecinos, que hasta llegar a Europa no conocí. Con ellos aprendí a sentirme latinoamericano».

Vivir de espaldas
La aparición de estos fabuladores aportó un elemento fundamental al que Vargas Llosa prestó ayer atención: el reencuentro entre España y América. «Ésta fue una de las consecuencias positivas del "boom". Latinoamérica y España vivían de espaldas desde la Guerra Civil. España desconocía Latinoamérica y Latinoamérica, España. Eso cambió en los sesenta, porque Barcelona se convirtió en la capital de América Latina. Se trabaron amistades intensas, profundas, de que se pertenecía a una patria común, que tenía ese denominador de la lengua compartida. La lengua que ahora la veíamos renovada, en unas obras novedosas que alcanzaban un público mayor. Eso era algo que nos unía y que nos hacía vivir experiencias compartidas». Pero Vargas Llosa no obvió el abrupto final. «¿Cuánto duró el "boom"? La confraternidad no duró más de diez años. La política y la división que provocó el «caso Padilla» fue deshaciendo los vínculos, haciéndonos partícipes de una empresa común. La ruptura política también supuso la ruptura de las amistades y las relaciones, porque vino una fragmentación que afectó políticamente no sólo a un mundo intelectual, sino que también tuvo efectos directos en los trabajos literarios. No digo que la literatura iberoamericana entrara en recesión. Pero la experiencia del ‘‘boom'' termina con el «caso padilla» y a partir de entonces lo que fue una empresa común pasa a ser una empresa individual. Pero algo quedó, una literatura que ha abierto puertas». Vargas Llosa concluyó con un definitivo, irrevocable «el "boom"ya es historia. La demostración es el encuentro de hoy. A todos los escritores que han venido les rogaría que tuvieran presente que el "boom"no fue sólo los buenos libros que se escribieron, sino también esa parte que he tratado de evocar, las relaciones entre los protagonistas. Es hermosa la amistad y la experiencia de compartir anhelos, de dar juntos esa batalla común por la cultura, la ficción y la literatura».

 

El zapateado de FuentesVargas Llosa recordó su encuentro en París con Julio Cortázar, el escritor de conversación deslumbrante. Recuperó de la memoria el día que conoció a Carlos Fuentes, zapateando sobre una mesa y con algún tequila de más. No olvidó el comienzo epistolar de su amistad, luego truncada, con Gabriel García Márquez. O la admiración que, a pesar de Sartre, le inspiró Borges, el escritor que más le emocionó conocer después de Neruda. Y, cómo la aparición de esta pléyade de narradores recuperó a otros como Carpentier o Lezama Lima. Pero sobre lo que hizo énfasis y ocupó ayer gran parte de su tiempo fueron los lazos con sus compañeros de generación, muchos de los cuales ya no están.

La huella:del panorama internacional a los medios españoles
La celebración del «boom» continúa hoy en la Casa de América con una mesa redonda, «El ‘‘boom'' en el panorama internacional», con Juan José Armas Marcelo, Albert Bensoussan y Carlos Granés (19.30 h.). Mañana le seguirá otro encuentro, «Repercusiones del Boom en los medios españoles», con Fernando Rodríguez Lafuente, Blanca Berasátegui y Amelia Castilla. Y el jueves llegará «Influencia del ‘‘boom'' en el periodismo», con Sergio Vila-Sanjuán, Juan Cruz y Ramón Pernas. El viernes el ciclo analizará las repercusiones en la academia de este movimiento literario, con José Manuel Blecua, Darío Villanueva y Eduardo Becerra. Ya el sábado, a las 13:00 h., cerrará una conferencia de José Manuel Caballero Bonald.