País Vasco

Medio euro para salvar la Sanidad

Un estudio propone que los ciudadanos aporten un tope de 4,5 euros al mes por prescripción.

PULSE EN «DOCUMENTO» PARA DESPLEGAR EL GRÁFICO
PULSE EN «DOCUMENTO» PARA DESPLEGAR EL GRÁFICOlarazon

Madrid- Decretos que recortan drásticamente los beneficios de los laboratorios, las farmacias y los distribuidores de medicinas; obstáculos como los impuestos en el País Vasco a los médicos para que dejen de recetar marcas de algunos fármacos; productos que abandonan las boticas para dispensarse sólo desde el hospital... Las iniciativas que en los últimos tres meses están desplegando el Ministerio y las autonomías para atajar el gasto y, con ello, salvar de la bancarrota a la Sanidad son innumerables. Sin embargo, el margen para lograr ahorros parece agotado, y los gestores se las siguen viendo y deseando para pagar en plazo las facturas a los proveedores, abonar las nóminas a los profesionales sanitarios o financiar día a día la atención a los pacientes.

Tras el veranoA pesar del último tijeretazo del Gobierno al sector en forma de reducciones de beneficios y de un mordisco a las nóminas de médicos, enfermeras y auxiliares, algunas autonomías tendrán enormes dificultades de tesorería tras el verano para financiar la actividad habitual de sus centros sanitarios, como reconocen en privado sus consejeros de Salud. Ante esta tesitura, el Gobierno insiste en rechazar el copago, pese a que estuvo sobre la mesa de Moncloa el día previo al anuncio de los recortes por parte de José Luis Rodríguez Zapatero. Un estudio de la consultora Antares sobre «las modalidades de coste compartido en la prestación farmacéutica en Europa», el último realizado en España sobre el particular, con fecha de 31 de marzo, señala el aumento de la participación del usuario en la financiación sanitaria como la posible solución. En concreto, recuerda que «la contribución del paciente en los costes en España es de las más bajas de los países analizados, debido a la baja contribución de los pacientes intensivos, un porcentaje elevado de los cuáles son pensionista y, por tanto, exentos de contribución».Los datos que aporta el informe, al que ha tenido acceso LA RAZÓN, son apabullantes. En concreto, recuerda que España se sitúa en el puesto 23 de 31 estados analizados en materia de inversión per cápita en salud, con alrededor de 2.300 euros por ciudadano, casi 1.000 euros menos que países como Francia. «Paralelamente, la contribución del paciente en el coste de medicamentos ha disminuido considerablemente en los últimos años». En este sentido, el estudio remarca que «la contribución efectiva en 1990 era del 11 por ciento del precio del medicamento; en el año 2000 era del 7,1 por ciento, y en 2010 oscila entre el 5,4 y el 5,8 por ciento». Como se recordará, en nuestro país, los ciudadanos activos abonan un 40 por ciento del precio de cada medicamento, pero los pensionistas no pagan nada. Como soluciones para paliar este desequilibrio y contribuir a la salvación financiera del sistema sanitario, la consultora recomienda en su estudio «el aumento de la aportación del ciudadano en aquellos medicamentos financiados para síntomas menores que tienen equivalentes dentro de los medicamentos publicitarios». así como proporcionar «información directa al paciente de los costes anuales totales en medicamentos, con el fin de concienciar y corresponsabilizarlo con la sostenibilidad del sistema».

Sistema mixto«En cuanto a la aportación del usuario, proponemos un sistema mixto que añada a la aportación actual, un copago por parte del paciente de 0,5 euros por receta con un máximo de 4,5 euros al mes. Esto supondría que el usuario podría llegar a pagar un máximo de un euro semanal por su medicación, y la traducción económica podría oscilar en torno a los 500 millones de euros anuales, pero lo más importante sería el efecto disuasorio de la medida y crear conciencia del valor de la atención sanitaria y del propio medicamento», concluyen los expertos de Antares. Del mismo modo, desde la consultora recomiendan también que se explore «la posibilidad de un copago por la asistencia sanitaria recibida, con el objetivo principal de incentivar el consumo eficiente, reduciendo la utilización innecesaria que no aporta salud pero genera costes».Para este año, el Ministerio de Sanidad necesitaría ahorrarse alrededor de 2.000 millones de euros adicionales para poder rescatar al Sistema Nacional de Salud (SNS) de una bancarrota que parece inevitable. La ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, considera que el copago, como elemento disuasorio para aquellos pacientes que acusan en exceso y sin necesidad a la consulta del médico, no supondría un beneficio económico suficiente. Hay que recordar que los madrileños, por ejemplo, acuden al médico de familia unas 7,1 veces al año de media. Los mayores de 65 años son los que más frecuentan este tipo de atención sanitaria. Sin embargo, la pasada semana sí dejó caer la posible introducción de una tasa a los pacientes por el uso de los centros de salud «para aumentar la recaudación y hacer más sostenible el sistema».Desde su departamento negaron esta posibilidad, pero lo que sí es cierto es que se trata de una medida que lleva tiempo puesta sobre la mesa de la ministra.

Evitar fármacos innecesariosOtra de las medidas que podrían contribuir al saneamiento del sistema sería, por ejemplo, el desarrollo de sistemas de conciliación de la medicación del paciente en el ingreso hospitalario y en el momento de darle el alta para transferirlo al médico de medicina general. Así, se evitarían duplicidades y medicamentos innecesarios. Además, la consultora cree oportuno la realización de «perfiles de pacientes altamente consumidores sin correspondencia con sus patologías». También sería deseable poner en práctica «indicadores de prescripción vinculados directamente al número de recetas», así como un «seguimiento sobre el cumplimiento de los tratamientos».

ANÁLISISMás de mil millones para mantener la estabilidad del Sistema Nacional de Salud - ¿Qué cantidad es necesaria para evitar la quiebra de la Sanidad?–Se estima que el Ministerio necesita este mismo año el ahorra de unos 2.000 millones de euros. Lo cierto es que, a través de una serie de medidas que ya se han puesto en marcha, el departamento que dirige Trinidad Jiménez parece que conseguirá ahorrarse unos 700 millones. Es decir, todavía faltarían más de mil millones de euros. - ¿Qué medidas se han puesto ya en práctica?–Una es el decreto de precios de referencia de las medicinas. La rebaja del precio de los fármacos supondrá un ahorro de 350 millones de euros. También están el decreto 5/2000 que afecta a las farmacias y las medidas de promoción de la I+D+i que ha desplegado la industria. Así, nos encontramos que el campo de acción del Ministerio se reduce, básicamente, a los agentes que conforman la cadena del medicamento. - ¿Qué otras medidas se proyectan?–Al haberse aplicado recortes a laboratorios, distribuidores y farmacéuticos y, en definitiva, a todos los agentes generadores de oferta, los expertos señalan que sólo queda actuar sobre los ciudadanos. En definitiva, se trataría de incrementar la aportación del usuario al pago de los fármacos.