La Junta se sale de madre por Sergio ALONSO

El Ministerio de Sanidad corre serio riesgo de ser arrollado por esa bola de nieve que tanto asusta al sector llamada bancarrota. Hartas de la política de ocultar la cabeza para negar la evidencia que aplica este departamento, las autonomías se han puesto a legislar por su cuenta y riesgo en materia farmacéutica y a meter la tijera allá donde les es posible, con el objetivo de arañar unos euros para sus maltrechas arcas públicas. Castilla-La Mancha, País Vasco, Valencia, Madrid, Cantabria, Aragón...

Las iniciativas se suceden, aunque los verdaderos arietes de esta embestida destinada a convertir de nuevo a laboratorios y farmacias en paganos de la crisis económica y su nefasta gestión son Galicia y Andalucía. El caso de esta comunidad es sangrante, y haría bien el Ministerio en intervenir de una vez por todas ante el riesgo de que la consejera María Jesús Montero se le suba aún más a las barbas y termine por romper el maltrecho sistema sanitario español.

Las actuaciones del Servicio Andaluz de Salud son particularmente dañinas para el sector: por un lado, pretende sangrar a las 3.400 boticas que hay en la comunidad obligándolas casi a vender a pérdidas los pañales, al sumarles un descuento autonómico al que ya aplica el Estado. Por otra parte, pretende sacar a subasta el suministro de medicinas en las oficinas de farmacia, lo que implicaría la fijación de un precio andaluz para los principios afectados y desactivaría la competencia exclusiva del Ministerio a la hora de fijar el precio de los fármacos. La gravedad de estos hechos es tal, que la propia Leire Pajín debería convocar de urgencia un Pleno del Interterritorial monográfico, para cortar de raíz el problema.