Parla

El más listo de la clase

La Razón
La RazónLa Razón

La alcaldesa de Fuente el Saz cometió un error en el final de la legislatura pasada. Es un fallo de novata que se da en Primero de Alcaldía: «Nunca tomes medidas impopulares como un expediente de regulación de empleo antes de unas elecciones». Esos errores bisoños se pagan y en las urnas más. Aquel día tampoco debió ir a clase –haría pellas– el actual alcalde de Parla. Fraile se ha empeñado en monopolizar la página municipal de «ERES» como si fuera el único que despide trabajadores por la crisis. Quizá tenían que haberle contado que tener como predecesor a Tomás Gómez puntúa doble y hay que ser especialmente cuidadoso. Pero Fraile es más de elefantes y cacharrerías y le está regalando a los amigos de Tomás artillería de la fina de cara al 20-N.

Y luego está David Pérez, alcalde de Alcorcón, que es el más listo de la clase. Seguramente es el que tiene el marrón financiero más grande de todos los ayuntamientos que han cambiado de color político. Va a tener que hacer carambolas –en alguna de las dos mesas de billar francés compradas por Cascallana a 72 horas para las elecciones– para cuadrar unas cuentas que no salen ni dándoles la vuelta. La deuda asciende a 612 millones de euros. Todo un papelón.
Pero Pérez ha aprendido la lección en la Universidad de Alcaldes: «Nunca tomes medidas impopulares como un expediente de regulación de empleo antes de unas elecciones». Y a eso se agarra, como a clavo ardiendo, el sucesor de Cascallana. Dejará que le metan cerillas debajo de las uñas antes de reconocer –hasta el 20 de noviembre, eso sí– que no le va a quedar otra que despedir funcionarios como se despiden en Parla. Pero eso ya será el 21 de noviembre y entonces nada importará. Todo un ejemplo de Real Politik alcorconera.