Nueva York

En el taller de Warhol

Una exposición recupera en fotografías el espíritu de la Factory

Andy Warhol con su cámara fotografiando a Christopher Makos
Andy Warhol con su cámara fotografiando a Christopher Makoslarazon

BARCELONA- Andy Warhol, además de ser uno de los iconos de la pintura de la segunda mitad del siglo XX, empleó como nadie la fotografía tanto su trabajo como para dar a conocer su propio mito. Eso es lo que se percibe en las imágenes de una exposición que puede verse actualmente en la Virreina. A partir de una selección de imágenes, algunas de ellas tomada por el mismo Warhol, podemos adentrarnos en el taller del artista, la célebre Factory de Nueva York, punto de encuentro de todo tipo de personajes, muchos de ellos célebres y otros deseosos de serlo.

La exposición ayuda a conocer el espíritu del equipo de Warhol, entre los años 60 y los 70. Es un espíritu de comunidad, pero con fotógrafos profesionales o aprendices. En el primer grupo, destaca alguna de las escenas que pudo captar Cecil Beaton, el polifacético y elegante creador británico, a quien no le importaba autorretratarse acompañado de Warhol y su corte.
Mención aparte la merece Billy Name, el fotógrafo oficial de la Factory entre 1963 y 1969, uno de los colaboradores más próximos de Warhol. Sus instantáneas ayudan a comprender el ambiente creativo que se respiraba en el taller del artista. Precisamente Name fue quien tuvo la idea de cubrir de un tono metálico las paredes del lavabo de la Factory, al que se le añadirían los graffitis de Binghampton Birdy, tal y como recoge una de las fotografías de Stephen Shore en la Virreina. Fue Shore uno de los privilegiados en el mundo de Warhol. En sus instantáneas pudo captar a la Velvet Underground, con su cantante Nico, entre otros ilustres invitados de la Factory. Otra de las residentes de este lugar, también fotografiada por Shore, fue la controvertida modelo Edie Sedgwick, protagonista de algunas de las películas rodadas por Warhol.

Cualquier cámara era adecuada para hacerse con un pedazo de realidad. Warhol lo sabía bien cuando se ayudaba de una Polaroid, una cámara que también usó su amiga Brigid Berlin, como se expone en la Virreina, consiguiendo un resultado de corte experimental.
El último colaborador de la Factory, Christopher Makos, también surge en la Virreina, al seguir al pintor de las latas de sopa Campbell por China y Europa.

La muestra ayuda a conocer la faceta de Andy Warhol como fotógrafo, reuniéndose algunas de las imágenes de las que fue autor. Warhol quiso recoger todo aquello que tenía que ver con su tiempo: desde celebridades a manifestaciones pacifistas, además de los paisajes de los países que visitó.