Gómez genocida

No había visto yo una cosa igual desde que los progresistas madrileños arremetieron contra una joven inmigrante que osó pensar críticamente (véase «En defensa de Tatiana Torrejón», Panfletos Liberales II, LID Editorial, 2010, págs. 232-33). Ahora la víctima es Jesús Gómez, portavoz del PP en el Ayuntamiento de Leganés. El funcionamiento es el clásico de criminalizar mediante la infamia, y vestirse de impecables ropajes institucionales: la Constitución, el derecho y la democracia. Como si nuestra Constitución no padeciera contradicciones, los derechos sancionados por el poder no pudieran colisionar con la libertad, y la democracia nunca llevar aparejado recorte de ningún derecho. En este caso han utilizado un artículo que Gómez publicó hace nueve años criticando el intervencionismo y defendiendo la libertad, y a partir de ahí le han dirigido calificativos como «impresentable», «antidemocrático», «detestable», «rebuzno» y hasta «¡apología del genocidio!». E inevitablemente, «fascista», como si el fascismo fuera la antítesis del comunismo y el socialismo, y no compartieran todos el rechazo a la libertad y los derechos de los ciudadanos. Como si los nazis no hubiesen reprimido a inocentes amparándose en las mismas excusas falaces y despiadadas empleadas por los comunistas. Para colmo, no titubean en utilizar hasta la jerga típica de los totalitarios de derechas e izquierdas: a Gómez le han reclamado «rehabilitación» y «retractación».