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Pitos por María José Navarro

La Razón La Razón

Algunos grupos independentistas catalanes y vascos han anunciado que preparan actos de demostración anti-española en la final de la Copa del Rey en el Calderón y a la delegada del Gobierno en Madrid le ha faltado tiempo para advertir de que esas protestas pueden ser delito. Asegura Cristina Cifuentes que hay que tener cuidado con lo que se dice porque la incitación a la violencia se produce también de forma indirecta e intuye (o quizá es que los grupos radicales ya se organizan con tanta antelación) que puede que acabe en una importante alteración del orden público con peligro para las personas. A mí (que soy de Albacete y por tanto poco sospechosa en mi empeño por la autodeterminación de La Mancha) me llama mucho la atención el nerviosismo que provocan estas cosas. No quiero adelantarme y quitarle importancia a algo que quizá sabe la delegada del Gobierno en Madrid y que ignoramos los demás, pero me sorprende la zozobra que causa que se pueda pitar al Rey o sacar unas pancartas. Que sí, que igual van a dar una turra espantosa y no van a respetar el himno español, y que para vocear ya están los descampados, pero no acabo de acostumbrarme a la indignación de esos que piensan que en Bernabéu hubiera sido pecado mortal que sucediera semejante aberración o los que olvidan que tanto allí como en el Manzanares se ha faltado al respeto a los de fuera y a alguna afición rival estupenda. Desgraciadamente, el fútbol es como lo hemos hecho entre todos. Ha dejado de ser deporte para ser un escaparate, una rifa, una feria. Un negocio sin alma y sin códigos. Mecachis, creo que tengo que dejar de ver rugby.