Promocionar el uso del catalán a golpe de ley decreto o sanción

 Impulsar el catalán en todos los ámbitos. Ésta podríamos decir que ha sido la consigna –y se ha cumplido a rajatabla– en todas las consejerías, de manera que un buen puñado de las leyes dedican especial atención a promocionar la lengua catalana. Algunas de estas normas, como las leyes de Educación y del Código de Consumo, ahora están bajo la lupa del Constitucional, ya que imponen el catalán en detrimento del español. No obstante, ayer mismo la Generalitat anunció que se personará en los recursos de inconstitucionalidad presentados por el PP contra estas leyes. Los populares se amparan en la sentencia del Alto Tribunal, que apostó por que la lengua catalana tenga un «uso normal» en la administración, pero rechazó que fuera «preferente» (artículo 6).

La intensiva promoción del catalán ha sido motivo de disputa política y división, más cuando se han aprobado leyes –como la del Cine–, que apuestan por sanciones económicas. Las «multas lingüísticas» provienen de la Ley de normalización lingüística de 1998, pero, pese a que ésta fue aprobada por Pujol, no comenzaron a aplicarse hasta el primer tripartito. En el segundo, el Código de Consumo aumenta las sanciones. Por otra parte, el tripartito ha buscado el reconocimiento internacional del catalán, a veces pisando al español. En 2007, cuando la cultura catalana fue la invitada a la Feria de Fráncfort, no llevó a escritores que usan el castellano como lengua literaria.

A nivel de calle, las cifras indican que hay que impulsar el catalán, pero ¿por qué contra la Constitución? Según datos del departamento de Vicepresidencia, del que depende la política lingüística, 3 millones de ciudadanos tienen el castellano como primera lengua aprendida, frente a los 2 millones del catalán. A nivel de uso, el 78% de los ciudadanos sabe hablar catalán, un 81% lo lee y el 61,8% lo escribe. Más del 95% de la población adulta declara saber castellano. Por eso, la Secretaría de política lingüística ha subvencionado 340 proyectos a entidades que fomentan el catalán, más allá de cursos y otras iniciativas.